Día quinto: adiós sevillanas
Si yo tuviera que tomar,
que tomar,
la alternativa,
que me la de José Tomás,
José Tomás.
Diego Carrasco
Me harté de cantar el último día para Isabel mientras ella le hacía fotos a la portada. Supongo que a esas alturas yo era el bárbaro defensor del toreo y la tortura del toro. Hace mucho tiempo que eludo la discusión (a los interesados os recomiendo lo último de Vargas Llosa en http://www.elpais.com/articulo/opinion/Torear/otras/maldades/elpepiopi/20100418elpepiopi_11/Tes) pero cometí el error de decirle: "cierto, el toro muere. Vive y muere. Pero no sé si sabes que todos lo haremos, un día, que también morirá la feria hoy, como está muriendo, y morirás tú, Isabel. Y esos ojos tuyos tan hermosos se los comerá la tierra". No sé si el error muy fue decir ojos hermosos o lo de después. Ya he dicho que hay mujeres que no saben recibir, aunque sea un piropo. También he dicho que esas son precisamente las que a mí me llaman. "Pa que me llamas, prima, si cuando me tienes te retienes, si me mortifica tu mirada. El toro, antes de morirse, disfruta de encinares, prados y arrollos que no eres capaz de imaginar: cosas que no creerías, atacar naves en llamas más allá de Orión, rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhauser. Todos estos momentos se perderán como lágrimas en la lluvia… Es hora de morir..". Es verdad que normalmente muere el toro, no el torero. Afortunadamente. Si no fuera así, yo sí estaría en contra. Que sentimantalismo infantil tan tonto se va imponiendo, nos va devorando a todos. Es la filosofía de Hitler, cuanto más conozco a los hombres mas amo a mi perro. Los perros no opinan, sólo muerden cuando se les ordena. En Portugal no ejecutan al animal delante del público, escamotean la muerte. Es propio de nuestro tiempo, escamotear la vida, cuando la muerte se ceba sobre el planeta, hombres, plantas y alimañas. ¡Que no quiero verla! Corazón que no siente, corazón sin sentido. Yo iré a verlas en tanto no las prohiban.
"A estas horas", le dije, "un hombre llamado José Tomás se debate entre la vida y la muerte en Aguas Calientes". Pocos artistas tan grandes como José Tomás: John Ford, Leon Tolstoi, Morente, Messiaen, Coltrane, San Juan, Dante, mi abuelo, Kipling, Dylan, Jonny Cash, Wayne, Antonio Machado (la guerra), Agustina Bessa-Luis, Teresa de Jesús, Wilder, Goya, Belmonte, el anónimo del Lararillo, Velazquez, Erice, Schumann, Galdós, Cervantes, Kitano, Ramón Resino, Israel Galván, Kafka (el absurdo de nuestro tiempo), Milena Jesenká, Miguel Ángel, el inventor de la góndola, el Selu, Amalia, Eastwood, Lázaro Ros, Fred Astaire, Ella Fitzgerald, y su primo Francis Scott, Claplin, Perls, Jorge Llano, Borges, Greene (le pese a quien le pese), Hemingway, Pla, Azorín, Lope, Cabrera, Rulfo, Paz, Magris, Torga, Hammett, Bogart, Woolf, los dioses griegos, Juan de Hierro, Cicerón, Agustín de Hipona, Descartes, Kant, Hume, Renoir incompleto, Vermeer, Truffaut, Chejov, Pareja Obregón, Aurelio, Manuela Vargas, Belén Maya, Angust Young, McCartney, Ingrid Tullin, la Rubia de Málaga, Montoya, la de los Peines, los Chichos, Cela, George Harrison, Ravi Shankar, Robert Smith, la autora de la Biblia, Mateo Vílchez, Rafa Justicia, Manuel Gerena, Mairena, Gene Kelly, Ortiz Nuevo Pericón, Mahler, Camarón, Marchena, Derzu Uzala, Naranjo, Haws, Nasrudin, don Quijote, el gato James, Juan Ramón, Simenon, Buñuel, Kiewloski, Harpo, Groucho, Duke Ellington, Piazzola, Yerbabuena, Beethoven, Platón y pare usted de contar. Nos cogió el toro, don Tomás. Nos cogió el toro: y es que nos gustan tanto los miuras, que luego pasa lo que pasa. Eso sí, si yo tuviera que tomar la alternativa, que me la de José Tomás, José Tomás. Que pa una vez que yo me monte, ha de ser en primera. En plaza de primera, claro.
Por la mañana, mientras desayunaba, vi los rejones en la tele y Antonio Amador me llamó y me dijo que estaba enamorado. Es la noticia de la feria. Pero eso ya lo contará en su blog (http://terapiagestaltsevilla.blogspot.com/). Me sentí tan feliz. Escribí un mensaje en una botella sabiendo que naufragaría en lagos y océanos de agua y tiempo y luego me fui a la miurada. Es la mejor puesta en escena que he visto, la Maestranza. Aunque el asiento es incómodo. El Fundi con el cuarto estuvo colosal. No mató bien y perdió el trofeo. Pero la faena fue escandalosa, la única ocasión en la que sonó la música en la tarde. Algunos aficionados dicen que la mejor faena fue la de Rafaelillo con el último. Estaba ya un poco cansado, con el culo dolorido. Además, recibí la llamada de María-Perlita-Zhen de que me esperaban en la feria y me despisté. Pensé en Isabel. ¿Dónde estaría Isabel? Yo no tenía plan de ir, pero fui. Como los demás días.
La feria ya se ha acabao ... La cosa estaba tan triste que en Torres Macarena ya habían quitao el retrato de cuerpo entero de Manuel Vallejo saliendo de detrás del telón. Yo paso miedo en los toros, pero más lo pasé contigo. Entré a matar y te fuiste. Vaya un toro con guasa, después de haber enbestido con el capote. En mi pueblo les llaman de una manera a estos toros, pero no lo voy a decir aquí porque soy un caballero "¿Por qué dices que es un arte? Es una tortura de un animal". Me lo dijo comiéndose un pincho de pollo. Es el arte más sublime. Todo el arte trata de la vida, de la muerte. En el toro la muerte, la vida, no es una metáfora, sino una presencia constante. Del toro, del torero. En Aguas Calientes hay un hombre valiente que habitaba en el fondo de un cobarde. ¿No es sublime el amor que hace aflorar lo mejor de nosotros? Si no hay posibilidad de muerte no vale la pena el amor, el arte, la vida. La fiesta ya se ha acabao ... me encontré con Carmen Ledesma y le dije que me pareció sublime lo suyo en el homenaje a La Negra. Y mira que había buenos artistas en el cartel. Antes de que bailara habían desfilado por el escenario Niña Pastori, Alba Molina toda preñada, Lole, Poveda ... Poveda cantó por alegrías pa rabiar. Yo también las canté con rabia. Con rabia a Isabel, entretenida en la portada. Cuando me despedí de ella me dio su número, pero no la llamé. Hay gente que no sabe apreciar el arte grande. Jonathan, el ingleño, un arte muy grande: casi dos metros. Sacó la guitarra de la funda pero no me pude entonar por malagueñas. Le cogí la guitarra y canté sevillanas. Cuatro parejas delante de mi las bailaban. "Soñando pasó, por el puente ..." si se empeña en seguir dormida, para qué despertarla. No es Triana el peor sueño que se puede tener. Eso sí, cuando la besé por vez primera estábamos al otro lado del río. Adiós sevillanos y sevillanas.
P. D.: Ya otro día te cuento lo de Fernanda.
Epílogo por soleá. Los operarios hacinan las sillas. Epílogo por fandangos. Los operarios recogen las macetas. Todo se ha consumado. Todo se ha consumido.
De las imágenes
La Maestranza, el mejor teatro de sueños. Albero, sangre y cielo.
El Fundi en un lance con el cuarto.
Con María e Isabel.
Sevillanas, fandangos, soleá, alegrías embrutecidas. Y Jonathan, con sombrero cordobés. Un hombre grande.
(Nota final: todos los sucesos de ficción narrados en esta serie que hoy toca a su fin, ocurrieron también en la realidad. O, al menos, así lo cree su autor. Gracias por vuestro seguimiento y hasta la próxima).