por Juan Vergillos

PREMIO NACIONAL DE FLAMENCOLOGÍA

Ha publicado novelas, ensayos, libros divulgativos, relatos, poemas y letras de canciones. Ha escrito y dirigido espectáculos de danza y de cante flamenco. Ha dirigido festivales de flamenco y otras artes escénicas. Ha ofrecido conferencias, talleres y espectáculos en teatros, festivales, colegios y universidades de Europa y América. Colabora habitualmente en la prensa generalista y especializada. Dirige el blog Vaivenes Flamencos.







lunes, 29 de agosto de 2011

Amor y pedagogía

'Glosa Flamenca'. Cante: Alicia Acuña, Niño de Elche. Guitarra: Raúl Cantizano. Lugar: Jardines del Alcázar. Fecha: sábado, 27 de agosto. Aforo: Lleno.

El espectáculo tiene una cierta inspiración didáctica que se concreta en la exposición de los diferentes estilos agrupados por familias melódico-rítmicas. En lo único que no estoy de acuerdo de su planteamiento es en la denominación de básicos a los cantes que expusieron en primer lugar, desde el romance a la seguiriya pasando por las tonás. A no ser que entendamos la denominación como un guiño irónico-homenaje al mairenismo que regía estéticamente esta primera descarga. En todo caso, básicos, o por mejor decir, fundamentales o generadores, son los estilos más cercanos a lo bailable y/o folclórico de cada una de las descargas: tangos, cantiñas, guajiras (el primer cante que registra la discografía) soleares (que provienen del jaleo). Básico es, ante todo, el fandango, programado pero que no salió a escena por “exceso de metraje”.

Cantizano expuso un criterio historiográfico en consonancia con la actualidad investigadora: la evolución histórica es un proceso de estilización desde lo bailable, en donde, a menor tenaza rítmica, mayor desarrollo melismático. Criterio que choca con la consideración de básicos a estilos tan elaborados en lo melódico como tonás o seguiriyas.

Acuña vino con la voz rozada lo que imprimió a su interpretación mayor dramatismo y naturalidad, más franqueza expresiva. La merma de sus grandes facultades aportó, curiosamente, humanidad a su dicción del cante.

El trío 'La, la la' del Alcázar

El Niño de Elche fue bajando su centro cantaor de la cabeza al corazón hasta el punto de que, sostenido por unas facultades cantaoras enormes, tanto en lo físico como en la técnica, tuvo un par de explosiones de pura emoción en las bulerías finales, sobre versos de Alberti o tradicionales-lorquianos, que levantaron espontáneas muestras de empatía en el público.

La particularidad tocaora de Cantizano, como solista imaginativo o sosteniendo al cante, es la frescura. Se lo pasa bien sobre el escenario, se divierte inventando nuevas variaciones en que la épica y la contundencia se alían con la espontaneidad de ejecución, fruto de una larga cohabitación con la guitarra, o retozando con las formas tradicionales del toque, que despoja de toda solemnidad museística para ofrecérnoslas como recién paridas, todo luz y color, sensualidad y travesura.

(Este artículo es una versión amplaiada del publicado el 28-9-11 en el Diario de Sevilla en donde, por una errata de edición, el nombre del espectáculo 'Glosa Flamenca' aparecía sustituido por el de uno de sus intérpretes 'Raúl Cantizano'. Sirva esto como fe de errores).

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