El castellano-manchego Ricardo Fernández del Moral
gana la LII Lámpara Minera. El intérprete puede considerarse el
cantaor más importante que ha pasado por el escenario de La Unión
en años.
Para Ricardo Fernández
del Moral (Daimiel, Ciudad Real, 1974), ganador de la LII Lámpara
Minera, ha sido una suerte enorme pasar por el Festival de las Minas,
de la misma manera que para el Festival ha sido una gran suerte
descubrir a un artista como éste, un completo desconocido en el
mundo de lo jondo hasta ayer. Se trata de uno de esos milagros
extraños que a veces suceden en este arte nuestro extraño y
maltratado. Fernández del Moral es la encarnación de la pena y la
dignidad. Sin duda el cantaor más importante que ha pasado por el
escenario de La Unión. No este año, sino en años. Justo y
entregado, Fernández es música pura, sin estridencias. La mera
necesidad vital del ser humano de expresar dolor, miedo, melancolía,
rabia y felicidad. Nada más hay en su arte. A lo dicho, que es lo
importante, se le añaden condiciones, compás, belleza tímbrica,
sentido de la frase musical y conocimiento de los estilos. Ricardo
Fernández es todo verdad y belleza y nos reconcilió este año en La
Unión, al público, al jurado, a la afición de España, con el
flamenco. Se acabó la especulación. Se acabaron los fuegos de
artificio. Se acabaron las medias verdades, que son mentiras de a
puño que nos cuelan. Viva el cante y viva el flamenco. Porque el
flamenco, en la garganta, y en las manos, de Fernández, es un ser
vivo. Y también adulto.
Fernández ha llevado a
cabo hasta ahora un arte flamenco de subsistencia. Pero en esta
precariedad se ha ido desarrollando como artista hasta convertirse en
un intérprete sólido, maduro. Hacía mucho tiempo que un cantaor
tan redondo como Fernández no se alzaba con la Lámpara Minera. Ni
siquiera fenómenos como Poveda, o en menor medida Mayte Martín, los
ganadores con más proyección del festival a lo largo de su
historia, presentaron sobre las tablas de La Unión tal grado de
madurez. Es probable que Fernández del Moral no sea tan determinante
en el flamenco contemporáneo como ellos: con 38 años es difícil
pensar en una gran evolución artística de cara al futuro. Aunque
nunca se sabe, claro. Pero lo que sí podemos hacer es reiterar lo
dicho, que se trata del intérprete de mayor madurez artística que
ha ganado en La Unión en mucho tiempo. Y que esta maduración ha
sido, en una época hipercomunicada como la nuestra, a la manera
deseada por los clásicos: al margen de modas, mercados, familias
jondas, padrinos, apoderados, ferias mundiales, influencias, magnates
inmobiliarios, institutos, bienales, trienales, festivales, cátedras,
payos y gitanos, teatros, saraos a la moda y agentes de bolsa. A lo
mejor es la primera vez en la historia que podemos mentar con
propiedad la palabra pureza. Como decía el poeta, a veces ganan los
buenos. Esta vez ha sido una de ellas.
Esta cualidad de cantaor
insólito, cantaor-tocaor, de trovador flamenco, que algo debe, sin
duda, a razones de pura economía de subsistencia, a las duras
condiciones ambientales en las que hasta ahora ha ejercido su arte,
le da enorme proyección en una situación colectiva como la nuestra,
cuando tan necesitados estamos de verdad. No es que en tiempos de
crisis sea más barato ahorrarse el guitarrista. En tiempos de crisis
necesitamos seres autosuficientes. Pero sobre todo necesitamos
verdad, pan de trigo, no de yeso, y artistas que sepan de emociones,
no de poses. Quizá en otro tiempo, aunque en toda época la
humanidad está necesitada de emoción, este cantaor singular no se
hubiese alzado con el más importante de los galardones flamencos de
competición. La situación actual lo convierte en un intérprete
necesario. Fernández, que era un artista completamente ignorado en
el ámbito de lo jondo, por las duras condiciones en las que, como
decía arriba, ejercía hasta ahora su arte, va a lograr a partir de
ahora difundir su mensaje. Así que no se lo pierda. Por nuestro gozo
y para nuestro bien ruego a programadores, discográficas y demás
instituciones flamencas que concedan atención a Ricardo Fernández
del Moral.
Además de ello, es un
enorme guitarrista, sin duda el mejor de los que pasó por el
concurso. De hecho, este año el premio de toque, el bordón minero,
ha quedado desierto. Ricardo se presentó al concurso acompañándose
él mismo a la guitarra. Eso lo convierte en un intérprete insólito
en la historia del flamenco. Es verdad que hay algunos cantaores
primitivos, como Juan Breva, que se fotografiaron tocándose ellos
mismos la guitarra. Pero el arte del acompañamiento de guitarra al
cante ha evolucionado mucho en cien años. Porque no se limitó a un
acompañamiento armónico para salir del paso sino que se desdobló
en dos intérpretes resultando tan brillante y espectacular el uno
como el otro, el cantaor y el guitarrista. Además de la Lámpara
Minera, y los 15.000 euros correspondientes, Fernández, triunfador
absoluto del LII Festival Internacional del Cante de las Minas de La
Unión, obtuvo también los premios por tarantas, malagueñas,
soleares y tonás.
El trofeo de baile, El
Desplante (9.000 euros), fue para el catalán Jesús Carmona; y El
Filón (6.000 euros), correspondiente a otros instrumentos, lo obtuvo
el valenciano Óscar de Manuel. Es la primera vez que un flautista
obtiene el galardón. Otros premios que se han concedido son Cristina
Soler por granaínas, Beatriz Romero por alegrías, el granadino
Alberto López, segundo premio de guitarra, Alfonso Aroca, de
Mengíbar (Jaén), segundo premio de otros instrumentos, y Guillermo
Cano, que volvió a ganar el premio por cartageneras diez años
después. Cano, Soler y Romero vinieron a La Unión desde Huelva.
Todos ellos recibirán los 3.000 euros correspondientes a sus
respectivos galardones.
Reportaje gráfico de Jayam.
Por una vez público y jurado estuvieron de acuerdo. Estupendo artículo para un sorprendente artista.
ResponderEliminargracias por tu comentario amigo, y por seguirme
ResponderEliminarGracias por este manifiesto del artista, yo ya le conocía, pues no en vano se llevó el 3º premio del concurso "Puerta de la Siberia", de mi peña Fca, Los Remedios, de Casas de Don Pedro (BA) el año 2010. Ahora viene el próximo día 17 de Noviembre como figura estelar a cantar a la Peña.Por favor Sr. Vergillos, puedo copiar su articulo y entregárselo a mis socios el día de la actuación?
ResponderEliminarMuchas gracias, un saludo.
Manuel Rey Arroyo, presidente.
asociacionflamencalosremedios.blogspot.com
Claro Manuel, encantado de que uses mi texto, pero cítame por favor, y cita mi blog. Gracias por tus comentarios y saludos
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