Chano
Domínguez
‘Flamenco
Sketches’
producido
por Seth Abramson y Joan A. Cararach. Blue Note
En la grabación original de
‘Flamenco Sketches’ de Miles Davis, el tema que cerraba su disco ‘Kind of Blue’
(1959), podemos percibir muy lejanamente ciertas referencias melódicas a la
rueda armónica de la soleá. Eso en lo que se refiere a la melodía, no así en el
ritmo, que es binario. Aunque la melodía se ofrece en tonos mayores, y con
modulaciones modales que lo acercan a la música folclórica mediterránea. Fluye
lento, cool, sin temperamento este primer ‘Flamenco sketches’. El original de
Davis es un tema de unos nueve minutos. El de Domínguez, el tema que da nombre
y que abre este disco, y con el que se abre el mismo, supera los 16. Se inicia
esta nueva versión con una larga variación en tonos mayores, aún más festivos
que los de Davis. Tiene, por tanto, otra disposición de ánimo: menos cool, más
charlatán, más intelectual, más torrencial, más notas, más minutos. Pasa del
tema central, rápidamente, a una improvisación sobre ritmo bossa, y luego a la
voz del Kejío por tientos (apenas se escuchan los demás instrumentos), y una
larga improvisación al piano con acordes cercanos al pasodoble-soleá-fandango.
Luego un mano a mano de improvisaciones con la voz. El protagonista casi
exclusivo es el piano, con algo de cante, nada que ver con el carácter
colectivo del original.
Eso se puede aplicar al resto del
disco. Mientras que el original de Davis es un disco colectivo en toda la
extensión de la palabra, con creadores repentistas de la calidad de John
Coltrane, Cannoball Adderley, Bill Evans y Wynton Kelly, el nuevo es un disco
de un pianista con acompañantes. Algunos de ellos, la percusión, las palmas, el
baile, la voz, no educados en la tradición improvisatoria del jazz. El flamenco
improvisa, claro está, pero sobre otras bases. Las intervenciones más
brillantes de los músicos de Domínguez se basan en el clásico enfrentamiento
dialogado entre solistas: un recurso claramente exhibicionista que está del
todo ausente en el original. Claro que en algunas ocasiones, pocas, tienen su
espacio para el lucimiento. Pero su aportación no tiene el carácter creativo,
sin duda por no tratarse de instrumentos melódicos, que en ‘Kind of Blue’.
Claro que estamos tratando con unos gigantes de la música sin etiquetas del
siglo XX: Davis, Coltrane, Evans, Adderley... No estoy estableciendo una
comparación sino tratando de entender la oportunidad y el sentido de una
versión, de una nueva versión de un disco clásico en la historia de la música,
en el que se reproducen, tema por tema, los originales.
El disco de Domínguez es, por tanto,
una obra más individualista y al mismo tiempo más social, no sólo porque está
grabada delante del público sino porque tiene más en cuenta al público.
Recordemos el recurso de Davis de tocar de espaldas y en contraposición veamos
la amplia paleta cromática que emplea Domínguez. ‘Kind of Blue’ es un disco
íntimo, austero, esencial, minimalista y, por supuesto, cool. ‘Flamenco
Sketches’ es una obra ligera, franca, que usa del énfasis y la épica tanto como
de la ironía y el humor, que no logra distanciarse porque está siempre a
distancia: la que impone el virtuoso y su muralla de notas de vértigo. Allí
había silencio donde aquí hay exhuberancia. Donde aquí hay velocidad allí había
tiento en la oscuridad. Relax frente al frenesí y al nervio. Contención frente
al exceso. Contundencia frente a la liviandad. Virtuosismo frente a humanidad. Blues frente a rythym and blues. Marcha en frente del ritmo. Donde noche, día.
La voz del Kejío se escucha por tientos
tradicionales y también en un intento de adaptar un texto de Alberti por blues
donde la melodía, y la letra, se acaba difuminando. Impresionantes, como
siempre, las intervenciones de Tomasito, aunque no escuchemos su voz, pero cómo
se siente su presencia a través de sus imaginativos pies.
Miles Davis flamenco
La primera clave para entender el nuevo disco de Chano
Domínguez es tener en cuenta que se trata de una versión, tan literal como
libre, de ‘Kind of Blue’ de Miles Davis. El original no es, por tanto, una
partitura, sino una grabación de jazz. Tiene una forma muy definida, pero se
origina a raíz de una serie de improvisaciones, que es, como saben, la base del
jazz. El original está escrito en el aire. Para siempre, eso sí, pero en el
aire. La lectura actual la lleva a cabo un pianista, mientras que el creador y
líder musical del original era un trompetista. La lectura actual añade algunas
claves nuevas más: la principal, sobre las ya dichas, es la flamenca. Tangos,
bulerías, alegrías, tientos y tanguillos son la base rítmica, y a veces
melódica, con el uso reiterado de la cadencia andaluza que ello conlleva, sobre
la que descansan las nuevas versiones. Algo muy alejado, incluso más que el
tiempo trascurrido, tanto en la historia del jazz como del flamenco, respecto
al original. Davis se inspiró en uno de los temas de la colección Lomax para
las modulaciones del último tema de aquella grabación, el tema que nombra el
nuevo disco de Chano Domínguez.
Más francamente flamenco, más
directamente inspirado en las melodías, incluso en los ritmos, de la tradición,
culta y popular, hispana, es ‘Sketches of Spain’ (1960) . En ellos, además de Falla y
Rodrigo y un tema folclórico gallego, introduce Davis una soleá y una saeta,
tomadas, de nuevo, de la colección Lomax. La répicla se la da allí la big band
y los arreglos de Gil Evans. ‘Sketches of Spain’ es una obra maestra y un
monumento a la cultura musical andaluza. Una referencia incontestable.