'Sólo flamenco' José Valencia. Con Salvador Gutiérrez, Manuel Parrilla,
Paco Iglesias, Juan Requena. Cambayá/Karonte
El cantaor lebrijano José Valencia publica, después de años de preparación,
su primer disco, una obra de corte tradicional y con la frescura del sonido de
hoy. Dos entregas por bulerías presenta esta obra, la primera con aires
lebrijanos y arromanzados, con referencias a los ritos nupciales en sus letras.
La segunda es una canción del guitarrista Juan Requena, menos bailable, más
templada y con estribillo. Sobre las condiciones técnicas, tanto en lo que se
refiere a la amplitud de registro y potencia como a dominio rítmico, lo que más
destaca en esta voz es la visceralidad de la misma. Timbre denso, pleno de
colores, y entrega absoluta. Eso lo convierte en el cantaor ideal, uno de los
grandes intérpretes de nuestro tiempo. Muy solicitado, por su sentido del
compás y sensibilidad, por los grandes bailaores de hoy, de Andrés Marín a Eva
Yerbabuena. La clave de este disco es el equilibrio entre esos agudos
rompedores y los graves serenos, entre valles y clímax. La facilidad y el
conocimiento de los estilos que tiene este cantaor han provocado un disco
natural, muy bello. Las cantiñas de tierra adentro son otro de los cantes
característicos de los gitanos utrero-lebrijanos y de José Valencia. Esas
cantiñas reposadas, reticentes, que encuentran aquí el toque ideal en la
guitarra de Salvador Gutiérrez. Cantes del Pinini de tercios largos y
emotivos. Incluso a un estilo como los tientos, aquejado hoy de monotonía
melódica y rítmica, consigue Valencia dotarlo de llanto verdadero.
La malagueña y la taranta dan fe del buen hacer de Valencia en los
estilos de ritmo más relajado. Esta bellísima malagueña de la Trini, de las
muchas que tiene en su repertorio el cantaor, se ve completada con la belleza
melódica y poderío físico de los cantes de Juan Breva-Frasquito Yerbabuena. La
taranta presenta la solidez tocaora del jerezano Manuel Parrilla, maestro de
silencios, es decir, maestro del sonido: la primera de las letras, más austera,
es una composición popular trovera del área de Cartagena, mientras que la
segunda es más valiente, costumbrista y sentimental. Un perfecto diálogo entre
el cante, espectacular, y la guitarra, sobria y sensible.
Soleares, seguiriyas y tonás: la filiación mairenista de este área
cantaora, o, cabría decir, la filiación de Mairena a esta zona cantaora, se
torna carne caliente en los tres cantes de que hablamos, en la forma valenciana
de decirlos. Incluso los jaleos entregados y algo entrometidos de los discos de
Mairena reaparecen actualizados en esta entrega. Demorada la soleá de Cádiz,
puro equilibrio musical de ese genio gaditano y gitano apodado El Mellizo. Esta
grabación es un hito contemporáneo en el arte de la soleá. Porque al equilibrio
sucede el arreón emocional, la ruptura de límites y formas que viene del puro
deseo/necesidad de expresión. La cabal de los Puertos de la seguiriya es otro
de los monumentos del cante flamenco contemporáneo donde la destreza técnica se
disuelve en pura expresión. La obra se cierra brillantemente por tonás con
letras del propio Antonio Cruz García, Mairena para lo flamenco. La
universalidad de este cante, de este arte, es la del gozo y la de la pena, que
están en el corazón de todos los humanos, como revela la última letra del
disco: 'Como yo era buen caló/ yo me comparecía de aquel/ que ni a su bata ni a
sus chorreles/ le daban pan que comer'.
José Valencia nació coyunturalmente en Barcelona, en 1975, pero estética
y vivencialmente es un intérprete lebrijano. Se inició como niño prodigio en el
ámbito de las peñas catalanas junto a su tío Luis de Lebrija, de ahí que su
primer nombre artístico fuera el de Joselito de Lebrija. Ha obtenido
importantes galardones en el Concurso de Mairena del Alcor (1987) o en la
Bienal de Sevilla (2004), entre otros. Su militancia en diversas compañías
flamencas abarca el abanico que va desde Javier Latorre o Los Ulen, hasta Antonio
el Pipa, Canales o Joaquín el Grilo, pasando por Manuela Carrasco, Farruquito y
Rafael Campallo.
¿Cuál es la razón de que este sea el primer disco en solitario de José
Valencia? Tiene que ver con las dificultades que los jóvenes cantaores actuales,
incluso un superdotado como éste, tienen para mantenerse con una carrera en
solitario. Con la necesidad de vincular la subsistencia al ejercicio de
acompañamiento al baile. Además de los músicos reseñados esta obra incluye el
compás inefable del Bobote, Carlos Grilo, El Penka, El Reque y Tío Justito y
los jaleos de Manuel de Paula y El Sordo
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