por Juan Vergillos

PREMIO NACIONAL DE FLAMENCOLOGÍA

Ha publicado novelas, ensayos, libros divulgativos, relatos, poemas y letras de canciones. Ha escrito y dirigido espectáculos de danza y de cante flamenco. Ha dirigido festivales de flamenco y otras artes escénicas. Ha ofrecido conferencias, talleres y espectáculos en teatros, festivales, colegios y universidades de Europa y América. Colabora habitualmente en la prensa generalista y especializada. Dirige el blog Vaivenes Flamencos.







miércoles, 9 de enero de 2013

Un regreso a los orígenes


Cante: Rafael Ojeda Rojas 'Falete'. Guitarra: Víctor Torres. Piano: Alejandro Cruz. Teclados, saxos y flauta: José Luis. Bajo eléctrico: Manolo Nieto. Palmas y cante: Javier Flores, Emilio Molina. Batería y cajón: David Chupete. Baile: José María de la Línea. Lugar: Teatro Lope de Vega. Fecha: Martes 8 de enero. Aforo: Lleno.

Fue Vallejo el que inició la tradición de cantar éxitos populares a ritmo de bulerías y tangos. Durante años el procedimiento fue habitual en los tablaos y en los 60 y 70 surgieron cultivadores especializados que llegaron a ser primeras figuras. Falete se inició en esta línea de canción aflamencada con su primer disco, Amar duele (2004), que aún sigue siendo el más vendido de su carrera. Era aquella una producción modesta, austera en lo instrumental y desgarrada en lo vocal. Se trataba de un ramillete de coplas y boleros a ritmo de bulerías y rumbas. En sus siguientes obras se fue alejando de esta fuente e inclinándose hacia la canción ligera. Y, de hecho, en sus declaraciones de estos días, señalaba que Sin censuras, el disco que presentó anoche, es el menos flamenco de su carrera. No lo fue, sin embargo, la puesta en escena del mismo.

El espectáculo constó de dos partes diferentes: primero cantó las canciones de Víctor Daniel que integran la nueva obra. Pero luego El Chupete cogió el cajón, salieron los palmeros y cobró sentido la presencia de la guitarra flamenca. Allí empezó la fiesta. Falete cantó y bailó por bulerías, por tangos y por rumbas. Se acordó de Rocío Jurado 'En el punto de partida', con el solo acompañamiento del piano, y en 'Lo siento mi amor' por bulerías. De Lola Flores en 'María de la O' y 'Miedo' por fiesta, donde se pegó una pataíta enérgica y deliciosa. A Manolo Caracol, de nuevo a piano solo, lo evocó con dos zambras, 'La Salvaora' y el 'Romance de Juan de Osuna', así como con sus fandangos personales y del Niño Gloria. Demostró Falete que no ha olvidado sus orígenes, su debut en este mismo teatro a los 15 años en un homenaje a Gabriela Ortega, su dedicación a cantar para el baile, siguiendo la tradición paterna, antes de convertirse en estrella. Demostró que su sentido del compás permanece intacto y que su capacidad melismática es notable. Que su voz es plástica, plena de colores, cuando se hace jonda. Dedicó la canción 'SOS' de Mayte Martín a Dorita la Algabeña, presente en la sala. Recordó también a Bambino con 'Payaso'. La cosa acabó con una fiesta en la que cantaron los jóvenes Javier Flores y Emilio Molina para el baile de José María de la Línea, que ya había interpretado unas alegrías en la primera parte del concierto, y al que también le cantó Falete. De hecho, el cantaor cerró su actuación con una pataíta a medias con el bailaor. Falete estuvo enérgico, desbordante, muy sentimental, con su humor y su sorna habituales, y muy entregado.

En fin, que se paseó, por supuesto, pero que, ante todo, cantó.

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