por Juan Vergillos

PREMIO NACIONAL DE FLAMENCOLOGÍA

Ha publicado novelas, ensayos, libros divulgativos, relatos, poemas y letras de canciones. Ha escrito y dirigido espectáculos de danza y de cante flamenco. Ha dirigido festivales de flamenco y otras artes escénicas. Ha ofrecido conferencias, talleres y espectáculos en teatros, festivales, colegios y universidades de Europa y América. Colabora habitualmente en la prensa generalista y especializada. Dirige el blog Vaivenes Flamencos.







miércoles, 20 de junio de 2012

Un recién nacido

XIII Noches en los jardines del Alcánzar. Cante: Rocío Márquez. Guitarra: Manuel Herrera. Lugar: Jardines del Real Alcázar, Sevilla. Fecha: Domingo, 17 de junio. Aforo: Lleno.

Malagueña de Juan Breva y Frasquito Yerbabuena. Tangos de Pastora, Graná y Extremadura. Seguiriya de Manuel Molina, versión Vallejo, con un desarrollo rítmico hipnótico en el que el sevillano se adelantó 40 años a su tiempo, sigue sonando tan fresco como entonces. Habanera y guajira de Marchena: hermosa repostería jonda. Taranta y fandango minero. Es decir, afición desmesurada, gusto por todos los rincones del cante, aunque con la inclinación de la línea clara, esa que estuvo denostada hasta hace poco, y que ahora está gozosamente de vuelta en jóvenes gargantas como la de esta onubense. Afinación, claridad, entrega. Gusto por el detalle, por el trabajo bien hecho. Conexión con el público. Más atrás, antes, de lo puro y lo añejo, estaba lo fresco, lo recién nacido, el cantar para expresar el gozo de vivir y respirar. El flamenco fue el cante del sentimiento pero también del placer. Esa es la línea clara en la que está Rocío Márquez, que al conocimiento, a la seguridad técnica, une la pasión.

Son tantos los colores flamencos, que parece absurdo quedarse con uno: en la voz de Márquez cabe el lirismo de la guajira, pura sensualidad, juego de colores pastel y el drama de la malagueña, la seguiriya o el fandango de Huelva, la resistencia contra la desolación. La entrega a la vida y la lucha por la vida. También pasajes de puro juego, como la habanera, en los pregones caracoleros de introducción a la seguiriya o parte de los tangos. Márquez tiene carisma, tiene condiciones, tiene conocimientos.

Manuel Herrera: inspirado, bucólico, sentimental, íntimo. Acunando la voz, terciopelo, tejiendo una finísima red armónica, casi invisible pero que resulta un soporte seguro, imprescindible, para los vuelos melódicos de la voz, en los fandangos, en la seguiriya, en la malagueña. Dos intérpretes jóvenes, guapos, sobradamente preparados. Y el cante flamenco, un recién nacido.

Estarán en este mismo escenario los próximos días 27 de junio y 1 y 13 de agosto. Hágase un favor y no se lo pierda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario