por Juan Vergillos

PREMIO NACIONAL DE FLAMENCOLOGÍA

Ha publicado novelas, ensayos, libros divulgativos, relatos, poemas y letras de canciones. Ha escrito y dirigido espectáculos de danza y de cante flamenco. Ha dirigido festivales de flamenco y otras artes escénicas. Ha ofrecido conferencias, talleres y espectáculos en teatros, festivales, colegios y universidades de Europa y América. Colabora habitualmente en la prensa generalista y especializada. Dirige el blog Vaivenes Flamencos.







viernes, 29 de noviembre de 2013

Corre, Pastora, Corre



'Pastora baila en Sevilla'. Baile: Pastora Galván. Cante: Cristian Rodríguez. Guitarra: Ramón Amador. Compas: El Bobote. Lugar: Sala Joaquín Turina. Fecha: Jueves, 28 de noviembre. Aforo: Lleno.

Un espectáculo furioso, frenético, salvaje, iracundo. Bordeando lo paródico en algunos casos y completamente irónico en otros. Una tralla. En el arte actual de Pastora Galván no hay espacio para la mudanza, para la sutileza melódica, para el silencio: ritmo, ritmo, ritmo. El espectador, este espectador, queda sobrecogido, con el corazón en un puño, durante una hora. Los recursos se suceden vertiginosos en manos, pies, hombros, caderas. 






Galván traduce a su lenguaje corporal todo lo que oímos, el cante, la guitarra, las palmas. Y algo más que inventa. Mucho más. Los pasos se suceden y en su turbión caben propuestas que parecen recién acuñadas con imágenes que están en la memoria sentimental. La capacidad mimética de Pastora Galván es asombrosa, pero tiene la virtud de evocarnos el modelo sin dejar de ser ella. En un gesto, en una actitud, al subirse en la punta de sus pies, en una mirada, nos evoca una emoción: la de esos hombres y mujeres, pura tierra, que todavía pueden mostrar a las nuevas generaciones cómo se baila el tango americano, el tango indiano, el tango de negros: con el sexo en la boca, en las manos, en el corazón. Me refiero, claro está, a Triana Pura. 


Ni la minera de Ramón Amador nos concede un respiro. Pastora Galván, es pura elocuencia: sabe lo que quiere decir y lo dice. La técnica está completamente depurada para expresar esta carrera loca. No hay lucha, porque el instrumento está afinado, pulido. Pastora puede bailar lo que quiera, como quiera. La tensión es estrictamente emocional. No hay lugar para el círculo, para la caricia, para la demora. No, hoy no. Hoy es el día de la ira.


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