Cante: Arcángel. Guitarra: Miguel
Ángel Cortés, Dani de Morón. Lugar: Sala Joaquín
Turina, Sevilla. Fecha: Jueves,
13 de diciembre. Aforo: Lleno
¿Qué tienen estas melodías, estos ritmos, estas letras creadas hace más de cien años que hoy pueden emocionarte? Misterios de lo jondo. Porque cuando Arcángel abre la boca no visitamos el museo sino que los padecimientos y gozos de los hombres y mujeres del siglo XXI afloran a la piel. La facultad de los creadores, y de los intérpretes. Coger un repertorio, accesible a cualquier intérprete, y hacerlo propio. El dolor de la separación, la desolación en la malagueña del ignoto Gayarrito, que inteligentemente unió a otra de la Trini de temática similar. ¿Acaso los hombres y las mujeres de hoy no sufrimos de soledad, de distancia, de olvido? La rondeña, los fandangos de Lucena.
¿Qué tienen estas melodías, estos ritmos, estas letras creadas hace más de cien años que hoy pueden emocionarte? Misterios de lo jondo. Porque cuando Arcángel abre la boca no visitamos el museo sino que los padecimientos y gozos de los hombres y mujeres del siglo XXI afloran a la piel. La facultad de los creadores, y de los intérpretes. Coger un repertorio, accesible a cualquier intérprete, y hacerlo propio. El dolor de la separación, la desolación en la malagueña del ignoto Gayarrito, que inteligentemente unió a otra de la Trini de temática similar. ¿Acaso los hombres y las mujeres de hoy no sufrimos de soledad, de distancia, de olvido? La rondeña, los fandangos de Lucena.
La soleá de Triana con esos aromas
decimonónicos cuando Cádiz, La Habana, Santo Domingo, Veracruz y La
Puebla eran distritos trianeros. Estos dos cantes marcaron el climax
de la noche, junto a las cantiñas y los fandangos de cierre, con el
cantaor ya completamente relajado, consciente de que efectivamente la
magia había hecho acto de presencia. A arrebatos. El acompañamiento
de estos dos guitarristas superdotados y barrocos fue de una
austeridad notable, evidentemente un ejercicio de contención al que
los obligó el cantaor, que anduvo desnudo de armonía, de cuerdas,
en buena parte de su recorrido. En la malagueña, en la soleá, la
melodía estallaba por dentro, rezumando de matices, de emociones,
dentro de una apariencia impoluta. La procesión iba por dentro, esa
es la gracia de esta línea clara del cante que Arcángel capitanea.
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