XVII Bienal
de Flamenco. 'La mar de flamenco'. Compañía de Joaquín Grilo. Idea
original, dirección artística y escénica, sinopsis, escenografía,
coreografía y baile: Joaquín Grilo. Cante: José Valencia, Carmen
Grilo. Guitarra: Juan Requena. Percusión: Ángel Sánchez 'Cepillo'.
Armónica: Antonio Serrano. Palmas: Manuel Jesú Montes, Antonio
Lucas Montes, Los Mellis. Lugar: Teatro Lope de Vega, Sevilla. Fecha:
Lunes, 17 de septiembre. Aforo: Lleno.
Es uno de
los grandes bailaores de hoy. Su terreno es la espontaneidad, la
libertad absoluta. Por eso, cuando se encuentra enmarcado, como
anoche, en una propuesta teatral, no da lo mejor de sí mismo.
Aparece en escena coartado por las imposiciones del guión y la
puesta en escena. No se trata además de la mejor solución escénica
posible: ni el vestuario, ni la escenografía, ni la dramaturgia, ni
el maquillaje acompañaban. En el fondo, la puesta en escena es un
mero pretexto, ayer más que nunca, para una suceción de bailes, de
cantes y de toques. Inmenso Requena toda la noche, dibujando una
partitura rica, plena de matices y de compás, tanto en sus solos, en
sus dúos con Joaquín Grilo, muy brillante en el taranto, como en el
resto de la representación.
La armónica
de Antonio Serrano es otro hilo conductor de la obra, un instrumento
tradicionalmente ligado a los marineros. Serrano resulta flamenco en
cada una de sus intervenciones, sutil cuando es necesario, y
pletórico cuando la partitura así lo exige.Carmen Grilo cantó en
solitario por soleá y José Valencia espoleó toda la noche a la
fiesta, gozosamente, con o sin pretexto.
Joaquín
Grilo es ante todo un bailaor lúdico, como volvió a demostrar
anoche. Estuvo brillante, pleno de recursos como siempre, en la
soleá. Pero donde desbordó fue en el final del número por
bulerías, en las guajiras arrumbás, en esa parada de fiesta que su
barco hace en el puerto de La Habana, donde recoge también la
tradición musical de esta ciudad. Pese a tener el mar como punto de
inspiración, este es el único estilo de los mal llamados "de
ida y vuelta", es decir, de origen inequívocamente americano,
que incluye esta obra.
Muy
brillante resultó también en las alegrías, en la zambra, en la
fiesta final. En los estilos más expansivos, más sociales, más
brillantes, más coloridos, donde su capacidad de improvisación
encuentra el cauce apropiado para expresarse. Porque en el desenfreno
de la fiesta, este bailaor jerezano no tiene igual en el panorama
flamenco actual. Recoge, además, esa tradición festera jerezana que
ha hecho de la bulería uno de los estilos más vinculados a una
geografía concreta. La fiesta como idioma singular, una forma de
comunicar lo mejor de nosotros. La obra llega a Sevilla, tras su
estreno en marzo de 2012 en el Festival de Jerez, algo aligerada en
su duración y con algunos cambios que la hacen más dinámica y
efectiva, relativos a lo coreográfico, con la supresión de la
intervención del bailarín contemporáneo, y lo musical.
No hay comentarios:
Publicar un comentario