Hace unas semanas se iniciaron las excavaciones que conducirán, previsiblemente, a la exhumación del cuerpo de Federico García Lorca. Por esos valles y barrancos todavía permanecen enterrados los restos de muchos artistas flamencos.
Lo que resulta mucho menos conocido es la cantidad de artistas flamencos muertos violentamente o desaparecidos en la guerra civil. Se cumplen ahora 70 años del final de la contienda, que son 70 años de silencio a propósito de estos hombres y mujeres flamencos que dieron su vida por una idea de España que ellos creían mejor. Se cumplen 70 años de la desaparición de Chaconcito y 72 de la muerte del Corruco de Algeciras. La historia de Federico García Lorca se repitió unos días más tarde, en Cáceres, en la figura de uno de los cantaores más populares del periodo, el Chato de las Ventas. El cantaor se hallaba en la ciudad extremeña por un azar, volvía de una gira andaluza y paró a descansar. Fue apresado y condenado a muerte en un juicio sumarísimo. Juan Valderrama cuenta en sus memorias que murió de un ataque cardiaco cuando lo sacaban para fusilarlo. El Corruco de Algeciras desapareció en el frente de Balaguer en 1937 y Chaconcito, joven promesa de este arte, en el de Madrid en 1939. La diferencia del Chato respecto a Lorca es que su familia sí pudo recuperar su cuerpo. Sin embargo, si Lorca se convirtió en un símbolo mundial, sobre el Chato de las Ventas y sus compañeros calló un olvido fulminante.
La Ley para la Recuperación de la Memoria Histórica nació con la intención de subsanar este olvido. Pero los gobiernos central y autonómicos se ha mostrado tan tibios en la aplicación de las mismas, que incluso algunos jueces estrella han tratado de superar la timidez de aquellos. El problema de base es creer que esto beneficia, simplemente, a unos cuantos nostálgicos de la República. No es cierto. La recuperación de nuestra historia beneficia a todos, víctimas y verdugos. Es el único camino para la reconciliación. Como declaró Ian Gibson hace unos días, a propósito de Lorca, “este país no avanzará hacia el futuro hasta que no supere su pasado”. Me consta que un grupo de estudiosos, historiadores, investigadores flamencos y artistas, presentó una propuesta de Recuperación de la Memoria Histórica Flamenca a la Agencia del Flamenco de la Junta de Andalucía. El proyecto recibió buenas palabras y la promesa de dos directores sucesivos de la institución de llevarse a cabo, en uno u otro modo. No obstante, el proyecto sigue en dique seco desde hace tres años y sólo ha recibido algún impulso de Ibercaja y la Sociedad Flamenca El Dorado de Barcelona. No obstante el proyecto es 100% andaluz porque fueron andaluces los artistas flamencos que se comprometieron en la defensa de la legalidad republicana, y que dieron la vida por ello. Primero en el advenimiento del régimen, saludado con efusión por la estrella flamenca del periodo, Manuel Vallejo, a través de una serie de grabaciones de “fandangos republicanos” que enseguida fueron secundadas por otras estrellas del periodo como Guerrita, Niño de la Huerta, Niño Fanegas o el señalado Corruco de Algeciras. Manuel Vallejo sufrió represalias por sus vínculos políticos y, aunque salvó la vida, no logró remontar su carrera. Otros, como el señalado Chato de las Ventas, el Corruco, Chaconcito, no corrieron la misma suerte. Luis Caballero habla en sus memorias del fusilamiento de su padre y su condena a trabajos forzados. También hubo fallecidos notorios por la violencia ejercida desde el bando republicano, el más significativo de ellos el gran guitarrista Luis Yance. La lista de represaliados y exiliados incluye a Angelillo, Carmen Amaya, Sabicas, Luis Maravillas, Niño de Utrera y un largo etcétera. Sirvan estas líneas como testimonio de que su dolor no calló en las fosas del olvido.
En la imagen, Lorca y La Argentinita.
La Ley para la Recuperación de la Memoria Histórica nació con la intención de subsanar este olvido. Pero los gobiernos central y autonómicos se ha mostrado tan tibios en la aplicación de las mismas, que incluso algunos jueces estrella han tratado de superar la timidez de aquellos. El problema de base es creer que esto beneficia, simplemente, a unos cuantos nostálgicos de la República. No es cierto. La recuperación de nuestra historia beneficia a todos, víctimas y verdugos. Es el único camino para la reconciliación. Como declaró Ian Gibson hace unos días, a propósito de Lorca, “este país no avanzará hacia el futuro hasta que no supere su pasado”. Me consta que un grupo de estudiosos, historiadores, investigadores flamencos y artistas, presentó una propuesta de Recuperación de la Memoria Histórica Flamenca a la Agencia del Flamenco de la Junta de Andalucía. El proyecto recibió buenas palabras y la promesa de dos directores sucesivos de la institución de llevarse a cabo, en uno u otro modo. No obstante, el proyecto sigue en dique seco desde hace tres años y sólo ha recibido algún impulso de Ibercaja y la Sociedad Flamenca El Dorado de Barcelona. No obstante el proyecto es 100% andaluz porque fueron andaluces los artistas flamencos que se comprometieron en la defensa de la legalidad republicana, y que dieron la vida por ello. Primero en el advenimiento del régimen, saludado con efusión por la estrella flamenca del periodo, Manuel Vallejo, a través de una serie de grabaciones de “fandangos republicanos” que enseguida fueron secundadas por otras estrellas del periodo como Guerrita, Niño de la Huerta, Niño Fanegas o el señalado Corruco de Algeciras. Manuel Vallejo sufrió represalias por sus vínculos políticos y, aunque salvó la vida, no logró remontar su carrera. Otros, como el señalado Chato de las Ventas, el Corruco, Chaconcito, no corrieron la misma suerte. Luis Caballero habla en sus memorias del fusilamiento de su padre y su condena a trabajos forzados. También hubo fallecidos notorios por la violencia ejercida desde el bando republicano, el más significativo de ellos el gran guitarrista Luis Yance. La lista de represaliados y exiliados incluye a Angelillo, Carmen Amaya, Sabicas, Luis Maravillas, Niño de Utrera y un largo etcétera. Sirvan estas líneas como testimonio de que su dolor no calló en las fosas del olvido.
En la imagen, Lorca y La Argentinita.
Qué interesante información. Me declaro re-fan del blog. Con mucho arte!
ResponderEliminarnuestro pasado es nuestro presente y ambos serán nuestro futuro. ánimo con esta aventura. un beso. patri de la piña
ResponderEliminar¿Un proyecto de recuperación de la Memoria Histórica en la Agencia del Flamenco? Esta gente no quiere jaleos con la memoria y lo están demostrando en este año de centenarios: "tor mundo ha sio y é güeno". Esa es la política de la historia del flamenco que llevan. Pero en el flamenco tenemos derecho que se les haga justicia a nuestros muertos y ellos gestionan nuestro dinego. Si querían trabajos fáciles haber buscao otra profesión.
ResponderEliminarHola! Te dejo esta info que te interesará conocer: El Café de Chinitas de García Lorca, en venta http://ow.ly/4l8fC
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