por Juan Vergillos

PREMIO NACIONAL DE FLAMENCOLOGÍA

Ha publicado novelas, ensayos, libros divulgativos, relatos, poemas y letras de canciones. Ha escrito y dirigido espectáculos de danza y de cante flamenco. Ha dirigido festivales de flamenco y otras artes escénicas. Ha ofrecido conferencias, talleres y espectáculos en teatros, festivales, colegios y universidades de Europa y América. Colabora habitualmente en la prensa generalista y especializada. Dirige el blog Vaivenes Flamencos.







miércoles, 29 de febrero de 2012

Israel Galván en el XVI Festival de Jerez

XVI Festival de Jerez

'La Curva' Cía. Israel Galván
Baile, idea, coreografía y dirección musical: Israel Galván. Piano y composición musical: Sylvie Courvoisier. Cante: Inés Bacán. Compás: Bobote. Dramaturgia y dirección de escena: Txiki Berraondo. Lugar: Teatro Villamarta (Jerez) 27 de marzo.

Galván ha encontrado en esta "chica de la Curva" un músico a su medida: si él tiene en sus pies, en sus manos, en su cabeza, todo el lenguaje corporal de lo jondo, de la danza, de la calle, del cine silente (ha incorporado en esta obra a su galería a Tarantino), Courvoisier tiene en sus manos, en su cabeza, toda la música. Cada uno desde su academia: el conservatorio o casa don José Galván. Más inquientante que el piano contemporáneo es la carne cruda de Inés Bacán, la densidad inefable del Bobote. Es la tierra que queda en las uñas de La Curva de lo anterior. Israel Galván ya tiene un pasado, por lo que se permite mirar al futuro. Ya no es la pura emoción, silente y llorona. Ahora la llorona se ha civilizado, estilizado y, en cierta medida, uperisado. Ahora la emoción no guía el espectáculo precisamente porque todo él está al servicio de aquella. Por eso, siendo homérico y barroco, siendo omnívoro, proteico, como es, es un bailaor más tranquilo. Se aprecia en la puesta en escena, menos rígida, más fluida, en la recurrente aparición del humor. Hay un diálogo con su pasado que es el nuestro. Ya no es cuestión de vida o muerte, ni para él, ni para nosotros, y por eso se permite hacer bromas consigo mismo, con nosotros, con el público. Con su pasado, que es el nuestro.











"La muerte es el público" era una broma ayer, cuando antier, en Arena, era una tangible realidad. O la nana de Tábula rasa. El espectáculo es, en cierta manera, una versión, una continuación, un remedo, una resolución de lo que se planteaba en Tábula rasa. Donde allí no había diálogo, aquí hay interacción. Donde había drama, aquí hay ruptura de los límites y hasta comedia. Israel Galván está cada día más joven y más libre. Lo que allí era puro conflicto aquí es propuesta de acción. Lo que allí era estanco pretérito aquí es porvenir. Lo que en Tábula rasa era emoción pura, desbocada, doliente, tortuosa, febril, categórica, insoportable, aquí es un espectáculo perfectamente digerible, algo largo quizá. La nana de Tábula rasa queda resuelta en La Curva. Pero el espectáculo continúa e Inés Bacán, descomunal por soleares, por martinetes de Antonio Ruiz Soler, por seguiriyas, acaba entonando 'Los ejes de mi carreta'. Recuerdo otra canción de Ataulapa Yupanqui, que cantaba Chano Lobato: "Le tengo rabia al silencio, por lo mucho que perdí, que no se quede callado quien quiera vivir feliz". Courvoisier da soporte armónico a la voz modal de Inés Bacán, después de haber dialogado con la hemiola y la rueda armónica de soleares y seguiriyas. Si la Tábula rasa es tiesa, rígida, recta, moral, masculina y adolescente, La Curva es femenina, sinuosa, dulce y madura y contiene una promesa o posibilidad de felicidad en su resolución. El silencio es un ensayo, una posibilidad en La Curva, meramente apuntada y desmentida por una puesta en escena barroca. Que no se quede en silencio quien quiera vivir feliz. Doliente e imprescindible Inés Bacán y Bobote el soporte exacto, la segura red de tierra que permite a Galván hacer sus cabriolas en el aire. Es un privilegio ser su contemporáneo.



Carmen Linares en el XVI Festival de Jerez

XVI Festival de Jerez.

'Ensayo Flamenco 2012'
Cante, dirección: Carmen Linares. Guitarra: Salvador Gutiérrez, Eduardo Pacheco. Piano: Pablo Suárez. Percusión: Antonio Coronel. Baile: Belén Maya. Coros y palmas: Ana María González, Rosario Amador, Javier González. Textos de Juan Ramón Jiménez, Miguel Hernández, Federico García Lorca, Rafael Alberti y José Luis Ortiz Nuevo. Música de Juan Carlos Romero, Luis Pastor y popular. Lugar: Teatro Villamarta, Jerez. Fecha: Domingo, 26 de febrero. Aforo: Lleno.


El espectáculo fue un compendio de varias de las propuestas de los últimos años de la cantaora de Linares: las canciones populares de Lorca, varios cantes con poemas de Juan Ramón Jiménez y música de Juan Carlos Romero procedentes de 'Raíces y alas',  un tema 'Un ramito de locura', otros tres de su última propuesta, dedicada a Miguel Hernánadez ... Esto lo que más me emocionó, no porque el resto del repertorio sea inferior, sino porque se lo tengo muy escuchado. Me sorprendieron los arreglos al piano de Pablo Suárez, tan sencillos como sutiles. Y Carmen Linares poniendo la voz y la emoción en otro sitio, muy alejado del suyo habitual. Ya sabemos de su valentía, de su inquietud para salirse de los caminos trillados, con su personal sello de elegancia. Lo sorprendente es que este cambio de registro sea todavía más emocionante, que ya es decir.

Belén Maya no fue un convidado de piedra. En sus dos intervenciones se entregó como si se tratara de su propio espectáculo, articulando esos dos discursos, tradicional y personal, que en sus dedos y sus ojos son uno por el dramatismo que imprime a cada uno de sus movimientos.

sábado, 25 de febrero de 2012

Flamenco y República en El Minarete Flamenco de Radio Nacional de España

El sábado 3 de marzo a las 13,45 en 'El minarete flamenco' de Radio Nacional de España en Andalucía, presento las 'Obras completas' de Manuel Vallejo, 13 discos compactos y libreto de 92 páginas que he redactado y editado. No os lo perdáis. Escucharemos sus famosos fandangos republicanos.

De la línea recta a la curva

XVI Festival de Jerez

'La Curva' Cía. Israel Galván
Baile, idea, coreografía y dirección musical: Israel Galván. Piano y composición musical: Sylvie Courvoisier. Cante: Inés Bacán. Compás: Bobote. Dramaturgia y dirección de escena: Txiki Berraondo. Lugar: Teatro Villamarta (Jerez) 27 de marzo.



Galván ha encontrado en esta "chica de la Curva" un músico a su medida: si él tiene en sus pies, en sus manos, en su cabeza, todo el lenguaje corporal de lo jondo, de la danza, de la calle, del cine silente (ha incorporado en esta obra a su galería a Tarantino), Courvoisier tiene en sus manos, en su cabeza, toda la música. Cada uno desde su academia: el conservatorio o casa don José Galván. Más inquientante que el piano contemporáneo es la carne cruda de Inés Bacán, la densidad inefable del Bobote. Es la tierra que queda en las uñas de La Curva de lo anterior. Israel Galván ya tiene un pasado, por lo que se permite mirar al futuro. Ya no es la pura emoción, silente y llorona. Ahora la llorona se ha civilizado, estilizado y, en cierta medida, uperisado. Ahora la emoción no guía el espectáculo precisamente porque todo él está al servicio de aquella. Por eso, siendo homérico y barroco, siendo omnívoro, proteico, como es, es un bailaor más tranquilo. Se aprecia en la puesta en escena, menos rígida, más fluida, en la recurrente aparición del humor. Hay un diálogo con su pasado que es el nuestro. Ya no es cuestión de vida o muerte, ni para él, ni para nosotros, y por eso se permite hacer bromas consigo mismo, con nosotros, con el público. Con su pasado, que es el nuestro.



"La muerte es el público" era una broma ayer, cuando antier, en Arena, era una tangible realidad. O la nana de Tábula rasa. El espectáculo es, en cierta manera, una versión, una continuación, un remedo, una resolución de lo que se planteaba en Tábula rasa. Donde allí no había diálogo, aquí hay interacción. Donde había drama, aquí hay ruptura de los límites y hasta comedia. Israel Galván está cada día más joven y más libre. Lo que allí era puro conflicto aquí es propuesta de acción. Lo que allí era estanco pretérito aquí es porvenir. Lo que en Tábula rasa era emoción pura, desbocada, doliente, tortuosa, febril, categórica, insoportable, aquí es un espectáculo perfectamente digerible, algo largo quizá. La nana de Tábula rasa queda resuelta en La Curva. Pero el espectáculo continúa e Inés Bacán, descomunal por soleares, por martinetes de Antonio Ruiz Soler, por seguiriyas, acaba entonando 'Los ejes de mi carreta'. Recuerdo otra canción de Ataulapa Yupanqui, que cantaba Chano Lobato: "Le tengo rabia al silencio, por lo mucho que perdí, que no se quede callado quien quiera vivir feliz". Courvoisier da soporte armónico a la voz modal de Inés Bacán, después de haber dialogado con la hemiola y la rueda armónica de soleares y seguiriyas. Si la Tábula rasa es tiesa, rígida, recta, moral, masculina y adolescente, La Curva es femenina, sinuosa, dulce y madura y contiene una promesa o posibilidad de felicidad en su resolución. El silencio es un ensayo, una posibilidad en La Curva, meramente apuntada y desmentida por una puesta en escena barroca. Que no se quede en silencio quien quiera vivir feliz. Doliente e imprescindible Inés Bacán y Bobote el soporte exacto, la segura red de tierra que permite a Galván hacer sus cabriolas en el aire. Es un privilegio ser su contemporáneo. Así que, hágase un favor y vaya a verlo.



miércoles, 22 de febrero de 2012

Flamenco y República en el Minarete Flamenco de RNE Andalucía

El sábado 25 de febrero a las 13,45 en 'El minarete flamenco' de Radio Nacional de España en Andalucía, presento las 'Obras completas' de Manuel Vallejo, 13 discos compactos y libreto de 92 páginas que he redactado y editado. No os lo perdáis. Escucharemos sus famosos fandangos republicanos.

lunes, 20 de febrero de 2012

Flamenco y República

Es un resumen de nuestro espectáculo


Con Rocío Márquez (cante), Pedro Barragán (guitarra), Juan Vergillos (narración) y Sylvie Nys (dirección de escena). En La Puebla de Cazalla.

viernes, 17 de febrero de 2012

Decano de los cantaores

El Cante de Curro de Utrera. Guitarra: Rafael el Cordobés. Edición original 1960. Fonotrón.


Aunque nació en el día 27 de marzo del año 27 en Utrera, su nombre está en cierta medida vinculado a Córdoba. Así, las cantiñas de esta localidad, hoy llamadas alegrías de Córdoba, deben su fisonomía actual a Curro. De esta manera lo reconocen, incluso, sus críticos, que le echan en cara su falta de fidelidad a Onofre, el que tradicionalmente se ha coniderado como creador de las cantiñas cordobesas. En todo caso, en Córdoba las alegrías, esto es las cantiñas, pierden algo de frescura y compás y se hacen equilibradas, parsimoniosas y algo herméticas. Y ninguno de nosotros, salvo el propio Curro, escuchamos cantar a Onofre, ciertamente. No obstante, en las alegrías que incluye este disco, el cantaor, como para demostrar su versatilidad, se mantiene fiel a las fórmulas gaditanas, aunque no puede evitar un final espectacular con sello propio. Otras cantiñas que incluye esta grabación de 1960 son los caracoles en la versión de Antonio Chacón, creador de este cante por otro lado, con su famoso pregón.

Curro de Utrera es del 27 y sigue felizmente en activo, como demostró hace poco en el ciclo Trastablao de la Universidad de Sevilla, que se ha empeñado de esta manera en acordarse de algunos clásicos de este arte que aún están en activo. Un arte, este nuestro, muy olvidadizo en ocasiones de sus maestros, pese a que venera lo “añejo”. En Sevilla, Curro contó y cantó, demostrando que la belleza y el timbre de su voz continúan intactos. El utrerano posee una de las discografías más extensa de la historia de lo jondo, que se cierra por ahora en los noventa, y le han acompañado guitarras como las de Ramón de Algeciras o El Tomate, que firma aquí como Rafael el Cordobés, discípulo, como vemos en su aplastante pulgar, de Javier Molina.

Curro es un cantaor de voz poderosa, que gusta de los tonos altos, pese a la amplitud de su registro, y la profusión melismática. De todos los discos que ha grabado en su vida con las principales discográficas (Hispavox, Philips) este que hoy reedita Fonotrón es hoy por hoy el único disco del ccantaor asequible para el aficionado.
El cantaor en la Universidad de Sevilla, hace unos días.

Otro estilo que la tradición atribuye a Córdoba es la serrana. Y, de hecho, la rigidez y solemnidad de este cante se aviene bien a las cualidades cantaoras de esta zona. Curro la ejecuta con un aplomo muy personal.

La dulzura, la sencillez y el intimismo que imprime Curro de Utrera a los fandangos de Lucena, en sus dos variantes, muestra a las claras que este, tenido por estilo menor, es uno de los cantes más sentimentales del repertorio jondo. Es sin duda el estilo genuino de la provincia de Córdoba. Y por fandangos bailables canta también dos letras siguiendo las fórmulas onubenses. Los fandangos personales de Curro de Utrera fueron sin duda el cante que más popularidad le dio en los años 50 y 60, los de la mayor actividad artística del cantaor. Se trata de un fandango directo y rítmico, rápido, con unos adornos melismáticos muy ligeros. Por peteneras opta por esa fórmula bailable conocida en el mundo del flamenco como petenera corta, desprovista de la solemnidad y dificultades técnicas que le impuso la Niña de los Peines.

La taranta se ejecutó a ritmo binario para el cante desde los años 40, pero a este cante no se le llamó taranto hasta que lo hizo Fosforito en 1957 en sus primeras grabaciones. Curro hace este cante con una densidad y viveza muy natural. La granaína es el cante más elaborado de esta grabación y el más meritorio, junto a los fandangos de Lucena. La versión de Curro de Utrera es valiente y más entregada que el modelo confeso, Antonio Chacón, aunque incluye el complicado y efectista cierre acuñado por Manuel Vallejo.

Aunque rotulado como tientos, Un toro de pasión es una de las zambras caracoleras típica de la época, arromanzada. La gitana Malena es una canción por bulerías con unos fandangos. Incluye unos tanguillos dedicados a la Virgen de la Cabeza.

Curro nació en Utrera pero está en Córdoba desde los años 50, después de una breve estancia madrileña. Fue Pepe Marchena el que le dio su primera oportunidad artística, con 13 años. Fue una estrella de las troupes que recorrieron el país en los años 40 y 50 pasando, sobre todo a raíz de sus triunfos en el Concurso de Córdoba de 1958, al ámbito de peñas y festivales.



viernes, 3 de febrero de 2012

'Flamenco y República' synopsis

Today, in Spain's highways and sideway road ditches anonymous mass graves are still to be found. These are the remains of those executed during the Civil War (1936-1939) due to their fielty and sympathies to the II Republic. Such as, the well-known case of the renouned poet, Federico García Lorca, in the ravine of Viznar, near Granada. Other Republican intellectuals, politicians, scientists, etc. were subjected to repression and exile as well for their political beliefs: Miguel Herenandez died in the Franco jails; Alberti, the poet, was sent to exile in Buenos Aires; Manuel de Falla died in Cordoba, Argentina; La Pasionaria could only return to Spain after death of Franco in 1977.


Chato de las Ventas, flamenco singer, executed in Cáceres, 1936

In flamenco, there were also men and women who were shot, exiled, and retaliated. This representation tells a story silent for 75 years. For the first time, “Flamenco and Republic” puts Spain's still open wounds, often considered taboo, on the stage. This seemingly historic past still outweighs the flagstones of present day Spain: Judge Baltasar Garzón is now undergoing a judgicial process because of his previous intentions to investigate these same mass graves and crimes of the past Franco regime.

Corruco de Algeciras, flamenco singer and composer, died in the Ebro front, 1937