por Juan Vergillos

PREMIO NACIONAL DE FLAMENCOLOGÍA

Ha publicado novelas, ensayos, libros divulgativos, relatos, poemas y letras de canciones. Ha escrito y dirigido espectáculos de danza y de cante flamenco. Ha dirigido festivales de flamenco y otras artes escénicas. Ha ofrecido conferencias, talleres y espectáculos en teatros, festivales, colegios y universidades de Europa y América. Colabora habitualmente en la prensa generalista y especializada. Dirige el blog Vaivenes Flamencos.







martes, 24 de agosto de 2010

La pureza

Claro que creo en la pureza, la veo todos los días. Eso sí, los puristas ni sospechan siquiera de su existencia.


Bob Dylan no era como yo creía. Como yo quería que fuera. No era el hombre del que me enamoré.

jueves, 12 de agosto de 2010

Paco de Lucía en el Festival de las Minas

El guitarrista sale solo a la escena. Sin mirar al público, empieza a afinar su instrumento. Antes de iniciar el primer toque en solitario, la rondeña, da las buenas noches. El tocaor está en plenitud de forma. La melodía tensa, a la carrera, se encoje, se estira, suspira, respira, enérgica. Paco de Lucía sigue corriendo, sigue arrasando. La soledad de la cima se traduce en un rostro adusto. Viene luego la soleá por bulerías y el grupo, los gestos cómplices, sobre todo con el cante camaronero. Primero la voz entusiasta de David de la Jacoba, puro color, pura carne. Y la dolorida y refinada, quintaesencia de emoción y abstracción, de Duquende. Las primeras bulerías de la noche, en tono mayor, son un vibrante dúo con el Piraña. Las alegrías para introducir el bajo eléctrico de Alain Pérez y la armónica de Antonio Serrano. La armónica es el contrapunto melódico de la guitarra, aunque el primer gran aplauso que Serrano le arranca al público es gracias a un ensayo de polifonía: parece increíble que este instrumento arrollador tenga menos de 15 centímetros. Cuando el recital deriva hacia el final de su primera parte surge el baile acrobático, de inspiración, eléctrico y enjundioso de Farruco.


La segunda parte viene dominada por el estilo binario de tangos y tanguillos. La contundencia, intacta, de Paco de Lucía, la fiereza de los cierres, la tensión y la rabia que revolucionó hasta en tres ocasiones este arte, dejó una huella indeleble en estos estilos que aún se mantiene vigente. Suena el estribillo vibrante de 'La feria de La Línea', para pasar de repente a una serie de variaciones por seguiriyas bailables. Es el tema 'Luzía', del disco homónimo, un estilo que el de Algeciras llevaba 30 años sin grabar hasta entonces. El tema se cierra con el baile más largo de la noche. El recuerdo a la madre sucede al recuerdo al amigo de la primera parte (en la rondeña, en el estribillo de 'Campanas del alba'). Se inician los acordes de 'Ziriab', lo que indica que el concierto está terminando. Una rueda de acordes para una serie de variaciones en la que participan todos los músicos excepto el bailaor.


 


Paco y los suyos se van. Pero el público quiere más. Al tocaor, que sigue siendo el músico flamenco más arriesgado en los aspectos armónicos y melódicos, no se le caen los anillos por hacer una concesión a la popularidad, su propia popularidad, así que inicia el bis con la melodía de 'Entre dos aguas' y el atestado Antiguo Mercado de La Unión se viene abajo. Y es que los aficionados han desbordado el aforo y cientos de personas han pasado las dos horas del concierto de pie.
 
 
Imagen de Jayam.

domingo, 8 de agosto de 2010

Morente en La Unión

En mi corazón, en la emoción, aún permanece la felicidad de la noche. Ha sido el mejor concierto de Morente en La Unión. Mi mejor concierto de Morente en La Unión. El último amor es siempre el mejor. La última noche es siempre la mejor. `Morente en La Unión', podría ser el título de un curioso ensayo. Una historia de amor que, como tantas, comenzó por una fascinación y una frustración. La fascinación por un cante al que don Antonio Chacón nombró 'minera'. La frustración del joven Enrique que a finales de los sesenta es descalificado para la obtención de la preciada Lámpara. Algunas de las mejores historias han surgido de comienzos así de difíciles.



La primera sorpresa son los hombros vencidos de Rafael Riqueni. Así de valiente es este albaicinero, que rescata a un muerto andante: hay muchos que ya han enterrado, artísticamente quiero decir, a Riqueni. Rafael y Morente y contenga usted las lágrimas si puede: la malagueña de Chacón es la estilización de la desolación de unos señores que ya están de vuelta del infierno. Del paraíso. Las melodías se ofrecen cortadas a pico sobre el filón de la armonía. Ninguno estamos para fuegos de artificio. Y, sin embargo, qué delicia artificiosa esta melodía de Chacón que ni logramos escuchar, transidos de emoción, pero que está ahí confortándonos, sosteniéndonos, impidiéndonos caer, afirmando que todo esto, morirse en un instante de ausencias, para luego resucitar, es sólo un juego. El juego de la vida. “Antes morir que perderla” que dice el maestro: con tu cante vivimos más, mejor.


O la seguiriya, ya fuera de toda compostura. La emoción en carne viva. Y estilizada por una guitarra roma que rasca, que rompe, y que acaricia. Qué extraña caricia, qué de fiereza y candor, qué desierto preñado de esperanza. Que es luna y hielo, golpe de mar salada por el cielo de tu boca y leche. Cuando Riqueni, ya en el bis, inicia la falseta por tarantos es que la noche va a reventar. Yo no puedo más, no sé cómo Morente puede. Primero el taranto y luego la 'Elegía a Ramón Sijé'. Morente canta con toda su biografía temblándole en la voz. Que es toda nuestra biografía. 'Morente en La Union', las noches que lo sufrimos, que lo gozamomos, en este mismo escenario, que nos contemplan. Pero también de los jóvenes, la historia reciente. España y yo somos así, señora, que diría Manuel Machado: los huesos de Sijé, de Hernández, estercolando los Campos de Almendros, a unos metros de este escenario. Estamos en La Unión: taranto y Sijé. Y toda la historia de un niño llamado Federico que contempla la tarde desde un desvencijado desván en Asquerosa. Ni el pueblo ni el poeta están, pero están en la voz de Morente. Y Alberti, y Picasso y Rafael Inglada. Una biografía personal, la de Morente. Una biografía, la del oyente. Una biografía colectiva, la de este país llamado flamenco. Morente canta con doscientos años temblando en su garganta, y ha nacido ayer. La nostalgia pura se llama 'Adiós Málaga'.


Morente en La Unión es un termómetro vital: en 2004 lo vi desde el palco, muy bien acompañado. En 2007 contigo a mi lado. Ayer lo vi solo, en un asiento lateral que me procuró mi amigo Manolo Navarro. Fue el mejor concierto de Enrique en La Unión. Luego, fui por mi padre para que viera mi conferencia, esa que no di. Me acordé mucho de ti. Estaba muy feliz, estuve muy feliz, y acordándome de ti. De tu pelo recogido a la búlgara junto al Mar de Cristal.



Morente en La Unión. Hoy recibe Enrique Morente el Castillete de Oro, máximo reconocimiento institucional del Festival. Algunas de las mejores historias de amor surgen de inicios difíciles. Hoy La Unión le dice que lo quiere, maestro. A mí, además, me han puesto en un compromiso. Mi contrato dice que tengo que decir una conferencia sobre un cantaor llamado Enrique Morente. Comprenderán que, con el maestro aquí delante, con ustedes diciéndole “te quiero”, yo sería incapaz de decir ninguna conferencia. No puedo hacer un análisis objetivo, científico, sobre cómo el músico Morente ha compuesto música flamenca nueva para decir los poetas que más le dolían. Sólo puedo decir, como un unionense más, le quiero maestro. Ha sido mucha la felicidad que has aportado a mi vida. Ha sido mucha la felicidad que ha aportado a las vidas de miles de personas anónimas que yo quisiera representar esta tarde. Gracias maestro.
 
 
 
Autor de las imángenes: Jayam.

lunes, 2 de agosto de 2010

Próximas actuaciones

'La culpa fue de Miguel Hernández. La influencia de la poesía en la música de Enrique Morente' Conferencia escénica, Sábado, 7 de agosto, Festival Internacional de los Cantes de las Minas, La Unión.