En mi corazón, en la emoción, aún permanece la felicidad de la noche. Ha sido el mejor concierto de Morente en La Unión. Mi mejor concierto de Morente en La Unión. El último amor es siempre el mejor. La última noche es siempre la mejor. `Morente en La Unión', podría ser el título de un curioso ensayo. Una historia de amor que, como tantas, comenzó por una fascinación y una frustración. La fascinación por un cante al que don Antonio Chacón nombró 'minera'. La frustración del joven Enrique que a finales de los sesenta es descalificado para la obtención de la preciada Lámpara. Algunas de las mejores historias han surgido de comienzos así de difíciles.
La primera sorpresa son los hombros vencidos de Rafael Riqueni. Así de valiente es este albaicinero, que rescata a un muerto andante: hay muchos que ya han enterrado, artísticamente quiero decir, a Riqueni. Rafael y Morente y contenga usted las lágrimas si puede: la malagueña de Chacón es la estilización de la desolación de unos señores que ya están de vuelta del infierno. Del paraíso. Las melodías se ofrecen cortadas a pico sobre el filón de la armonía. Ninguno estamos para fuegos de artificio. Y, sin embargo, qué delicia artificiosa esta melodía de Chacón que ni logramos escuchar, transidos de emoción, pero que está ahí confortándonos, sosteniéndonos, impidiéndonos caer, afirmando que todo esto, morirse en un instante de ausencias, para luego resucitar, es sólo un juego. El juego de la vida. “Antes morir que perderla” que dice el maestro: con tu cante vivimos más, mejor.
O la seguiriya, ya fuera de toda compostura. La emoción en carne viva. Y estilizada por una guitarra roma que rasca, que rompe, y que acaricia. Qué extraña caricia, qué de fiereza y candor, qué desierto preñado de esperanza. Que es luna y hielo, golpe de mar salada por el cielo de tu boca y leche. Cuando Riqueni, ya en el bis, inicia la falseta por tarantos es que la noche va a reventar. Yo no puedo más, no sé cómo Morente puede. Primero el taranto y luego la 'Elegía a Ramón Sijé'. Morente canta con toda su biografía temblándole en la voz. Que es toda nuestra biografía. 'Morente en La Union', las noches que lo sufrimos, que lo gozamomos, en este mismo escenario, que nos contemplan. Pero también de los jóvenes, la historia reciente. España y yo somos así, señora, que diría Manuel Machado: los huesos de Sijé, de Hernández, estercolando los Campos de Almendros, a unos metros de este escenario. Estamos en La Unión: taranto y Sijé. Y toda la historia de un niño llamado Federico que contempla la tarde desde un desvencijado desván en Asquerosa. Ni el pueblo ni el poeta están, pero están en la voz de Morente. Y Alberti, y Picasso y Rafael Inglada. Una biografía personal, la de Morente. Una biografía, la del oyente. Una biografía colectiva, la de este país llamado flamenco. Morente canta con doscientos años temblando en su garganta, y ha nacido ayer. La nostalgia pura se llama 'Adiós Málaga'.
Morente en La Unión es un termómetro vital: en 2004 lo vi desde el palco, muy bien acompañado. En 2007 contigo a mi lado. Ayer lo vi solo, en un asiento lateral que me procuró mi amigo Manolo Navarro. Fue el mejor concierto de Enrique en La Unión. Luego, fui por mi padre para que viera mi conferencia, esa que no di. Me acordé mucho de ti. Estaba muy feliz, estuve muy feliz, y acordándome de ti. De tu pelo recogido a la búlgara junto al Mar de Cristal.
Morente en La Unión. Hoy recibe Enrique Morente el Castillete de Oro, máximo reconocimiento institucional del Festival. Algunas de las mejores historias de amor surgen de inicios difíciles. Hoy La Unión le dice que lo quiere, maestro. A mí, además, me han puesto en un compromiso. Mi contrato dice que tengo que decir una conferencia sobre un cantaor llamado Enrique Morente. Comprenderán que, con el maestro aquí delante, con ustedes diciéndole “te quiero”, yo sería incapaz de decir ninguna conferencia. No puedo hacer un análisis objetivo, científico, sobre cómo el músico Morente ha compuesto música flamenca nueva para decir los poetas que más le dolían. Sólo puedo decir, como un unionense más, le quiero maestro. Ha sido mucha la felicidad que has aportado a mi vida. Ha sido mucha la felicidad que ha aportado a las vidas de miles de personas anónimas que yo quisiera representar esta tarde. Gracias maestro.
Autor de las imángenes: Jayam.
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