Día tercero: agua que ríe
Cruzando la vi
por el puente ...
(Isidro Muñoz)
Pasan los días y se aleja el recuerdo. No sé como era el color de sus ojos, el tono de su voz. Se me va la letra, la música, de esa sevillana tan linda ... Lo que recuerdo es que el tercer día acompañé a mi maestro Ortiz Nuevo en la presentación de su nuevo 'Alegato contra la pureza'. Por cierto, que su editor es un señor tela de buena gente, guapo, alto ... no voy a decir delgado, pero sí que lleva muy bien algún quilito de más que tiene. Ya habrán averiguado ustedes que, en efecto, hace unos libros muy lindos y es un desastre para los negocios.
Mi amigo Pedro Barragán acompañó al maestro. Cada día está tocando más y mejor, estoy asombrado con la progresión suya. Con que gusto y sensibilidad recorrió los textos que recitaba el maestro con aires de Riqueni, Ricardo, etc. Al principio del acto éramos unos cuantos incondicionales pero al final la sala de presentación de FNAC estaba llena: así de fuerte era la presencia de estos dos monstruos en la pequeña tarima.
Tomamos una cerveza luego. Comenté que se habían cargado el Festival Riberas del Guadaíra que cree y dirigí en sus dos únicas ediciones y me dijo Ortiz que a él lo cesaron en la Bienal de Málaga a través de un e-mail. Yo me enteré llamando directamente a la concejala de cultura. Pagué yo la llamada. Y cuando mis compañeros publicaron la noticia en el Diario de Sevilla se amoscaron en el ayuntamiento. Pensaron que era un ataque de la otra sección del partido. De repente, se dieron cuenta que a alguien le interesaba la marca. Hablé del campo, del Caño del Aguaero, y Reyes propuso un viaje a la sierra para junio. El maestro no parecía muy convencido cuando nos despedimos. Sospecho que ha estado amoscado conmigo por una crítica que le hice en el periódico: un exceso de celo profesional que me dio. Me encantó la forma en que me la devolvió: volviéndome a mi patio de juegos escolares de Pericón desde la escena de la sala El Cachorro.
Así que llegué tarde al real y cuando crucé la portada me di cuenta de que no tenía dinero. Volví sobre mis pasos y tuve que visitar tres cajeros automáticos para encontrar uno con efectivo. ¿Crisis, what crisis? Llegué tarde a mi cita con mis queridos amigos Toshi y Franchesca. Toshi es japonés, fisioterapeuta, aikidoka, entrenador de Pilates, bailaor y buenísima persona. Frachesca Vargas baila, cocina como los ángeles y es una anfitriona excepcional: gitana americano-inglesa. Allí me presentaron a una muchacha deliciosa, bailaora, llamada Ríe. Ríe no paró de reirse en toda la noche conmigo. Querida Ríe: las mejores sevillanas que he bailado esta feria han sido contigo. Que bien te ríes, Ríe, aunque seas agua. Agua que Ríe, viva la poesía hecha carne, huesos, cartílagos y carti-lagos. También te escribí un correo preñado de lágrimas, pero eso es otra historia.
Me presentó a Silvio, bailaor máltés, y a Maza, tocaor, bailaor y lacónico japonés. Bailé con Ríe y con Franchesca. Había una dificultad con el idioma que la manzanilla fue diluyendo. Llamé a Sharón, la mujer de Jose (véase la primera entrega), la que tuvo que pasarse tres días en Berlín por las cenizas del volcán. Me tomé un copa con ella y Jose en Espartero 99 y cometí el error de hablar de negocios, lo que me puso de mal humor. Al lunes siguiente lo aclaramos todo.
Volvimos a la caseta de la Peña Torres Macarena. Ríe había desaparecido. Mi risa en un pozo. A pesar de hablar de negocios bailé por vez primera una tanda de sevillanas con Sharón. Había una japonesa que me llamaba la atención y la invité a bailar. Me dijo que con una condición, que bailara la primera con su amiga, que sólo sabía la primera. Me di la vuelta y ... ¡mamma mía, qué beleza! ¡De mil amores! Tendí la mano a esos dos pedazos de ojos que me miraban desde el sur de Francia. Luego me dijo que era natural de Lyon, aunque de padre portugués. Como lo hablaba mejor que el español, estuvimos toda la noche haciéndole los honores a Camoens. Le hablé de Oliveira: no lo conocía. Le hablé de Bessa-Luis, no la conocía. Me habló de Viseu, la patria de su padre, yo no la conocía. Los dos conocíamos el vinho verde, Amalia, y ciertos aterdeceres desde el mirador de Alcántara... ¡al fin! Sus dos ojos, dos, franco-potugueses, o portugueses-francos, me tuvieron vibrando varias horas. Y eso que iba vestida de monja. ¿Se lo imaginan, en la feria de abril de Sevilla, y de monja? Cómo va degenerando la raza: con lo que ha sido Francia para la moda.
Al final no he contado lo de Fernanda. Tendrá que ser otro día porque te diré que cuando bailé con la japonesa me dijo que se llamaba María. "Un nombre muy japonés" le dije. "Perdona, pero yo soy china. China y bailora de flamenco". Lo siento. "También, canto. Como cantaora me hago llamar Perlita de Hunan. Pero en realidad me llamo Zhen". Luego estuvimos cantiñeando un poco por bulerías y me dijo que estudiaba con Gema."¿Con Gemita? pero si es mi paisana, Gemita Jiménez, vecina mía allá en la sierra del este. Cuando yo me marché de allí, ella todavía no había nacido, y ahora es un pedazo de cantaora. Vamos a hacer un serie de espectáculos juntos, sobre Vallejo". Vallejo estaba detrás de mí, en una fotografía de cuerpo entero, saliendo de un telón, que había en el escenario: estábamos en el escenario de la Peña Torres Macarena.
De las imágenes:
Con el maestro Ortiz Nuevo y la bailaora Kalina Duffner, reventando de hermosura. En La Malagueta, antes del concierto que ofreció Paco de Lucía en la Bienal de Málaga que dirigió el maestro Nuevo Pericón. Como salió todo tan bien, lo cesaron. No piensen que tengo mala cara, es, y que no parezca vanidad, o sí, que acababa de romper la cama de la habitación del hotel Malagueta. Estaba destrozado. Tengo una testiga. La barriguita asomando, a ver qué pasa. El autor de la foto es mi hermano del este Rafael Justicia: un abrazo hermano
Toshi y Franchesca, esa pareja feliz. La foto la hizo Liora.
La bailaora japonesa Ríe Ishihara. Tiene el centro (hara) muy equilibrado. Con ella me marqué las más deliciosas sevillanas de esta feria. Gracias preciosa.
Franchesca, Luisa Triana y Sharón Sapienza, pr Liora.
María, Perlita de Hunán y Zhen, tres personaliades para un cuerpo tan menudo. Otra oriental muy zhentrada. La fotografía la hizo Jonathan Moore, el ingleño.
Vallejo, de cuerpo entero en el escenario de la Peña Torres Macarena, saliendo de detrás del telón.
Anuncio: ya se acerca el final. No se pierda la próxima entrega 'Ese loco no soy yo'. ¿Se quedará a con b? ¿Se acostará c con d? ¿Le pondrá otra vez los cuernos h a i? ¿Resultará que j es en realidad el hijo secreto de k, antes de hacerse la operación de cambio de sexo? Todo eso y más en la próxima entrega del primer culebrón flamenco interactivo de la historia, 'Postales de feria'. Sólo en Vaivenes Flamencos. Un blog buenísimo. No se lo pierda señora.
¡Que divertido!
ResponderEliminarLo de publicar un comentario me va fatal, pero tenia que decir algo...
...y agradecer el piropo tan bonito... que dices? Que la mujer no sabe 'recibir'? Esta si, esta con humildad y muchisimo respeto del que 'da' accepta con un muy grande 'gracias' y sonrisa de gratitud no solo por mi parte pero de Toshi tambien.
Abrazos,
Francesca
Eh, qué alegría que hayas aparecido por aquí. Hombre, no me refiero a la mujer en general, sino a algunas, muchas, mujeres,hoy. Oye, que no digo yo que no tengan sus razones para estar iracundas, pero es que luego se quejan. Desde luego que no es tu caso, querida. Gracias, cuenta con tu aceite de oliva para este sábado
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDos matices de Francesca. Primero que su nombre se escribe en italiano, Francesca, y no tal y como yo lo había castellanizado en este capítulo de mis diarios de feria. Queda hecha la puntualización y lo tendré en cuenta para futuras entradas. Segunda es que "de americana, nada", dice. Bueno, lo cierto es que vivió en Boston entre los 7 y los 17 años. Juzguen ustedes mismos. Max Aub, que también tenía problemas a la hora de ubicar su patria chica (padres francés, alemanes, nacido en París, exiliado a México) decía que somos de donde hacemos la secundaria. Él la hizo en Valencia. Pero Francesca no es Max Aub.
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