por Juan Vergillos

PREMIO NACIONAL DE FLAMENCOLOGÍA

Ha publicado novelas, ensayos, libros divulgativos, relatos, poemas y letras de canciones. Ha escrito y dirigido espectáculos de danza y de cante flamenco. Ha dirigido festivales de flamenco y otras artes escénicas. Ha ofrecido conferencias, talleres y espectáculos en teatros, festivales, colegios y universidades de Europa y América. Colabora habitualmente en la prensa generalista y especializada. Dirige el blog Vaivenes Flamencos.







martes, 27 de abril de 2010

Postales de feria (II): boleros llorones por bulerías

(Por favor, lea este culebrón en el orden de su edición. Si no ha leído el capítulo anterior, vaya más abajo, gracias )

 
Día segundo: boleros llorones por bulerías




En mi corazón cabía
lo que no cabe en la mar
que tengo yo las entrañas
abiertas de par en par.

(Francisco Moreno Galván)                            



N. nos tendió una trampa. Sólo que tuviste la habilidad o la torpeza de no caer en ella. Lo sospeché cuando dijo que vendría "acompañada". Fiasco: le falló su pareja y ¿mi pareja? Cuando te vi la noche anterior te tuve un instante en mis brazos. Tu pecho estaba abierto. Más que la semana pasada. Más que hace un año, cuando dormías a mi lado. N. me lo confirmó: te han crecido las tetas. Una vez amé a una mujer del este ... (ver la entrada del 14 de abril) y todo lo demás. Me acuerdo de Kafka y me animo: él era peor amante que yo. La perdí por querer tenerla. Soy así, todo o nada. Esta vez fue nada (es un decir), son las reglas del juego. Lo acepto. Porque héroe es en puridad quien acepta su destino.

Lo primero que hice fue confirmar que el que no vi la noche anterior cerca de ti era "él". Le había dicho a N. que no queria beber nada con el estómago vacío pero llamé al camarero ("una cerveza, por favor") y le pedí un cigarrillo. Te extrañé toda la noche. Estuve muchos meses sin poder ver a N. porque me recordaba a ti.  Siempre me recuerda a ti. Le agradeceré eternamente que procurara nuestro primer encuentro, aunque esta noche no te vi. Y te vi: una añoranza que marcó la pauta del segundo día. N. con sus propios males de amores. Le dije que el arte más sublime en una mujer, aunque le pese a Bibiana Aído, es el de recibir. Las mujeres no sólo han abandonado este arte milenario sino que reniegan de él. Su cuerpo no es una metáfora sino algo más poético: un cuerpo, válgame un debel del cielo. Luego se quejan de que sus hombres no les responden. Volvimos cantando arrebatados boleros llorones por bulerías: loquearia para que volvieras tú, conmigo, si me quisieras lo mismo que veinte años atrás. Vamos allá Fernanda ... otro día te cuento lo de Fernanda.



David estaba tan borracho que ni fuerza tenía para tirarle los tejos a N. Sólo tenía las ganas. Se hizo el chulo diciendo que en su caseta no pagaba nadie así que pedí un plato de carrillada, me la arreé solito, y me sentó de escándalo. Intenté sacudirme la nostalgia a fuerza de sevillanas pero ella siempre me evoca el día en que te conocí. Recité el refrán ("sólo se tiene lo que no se amarra") y acto seguido me cagué en el refranero.  ¿Por qué no te amarré? Al final de la noche a N. le saltó la vena cínica (canalla que dice ella) y la cosa empeoró mi estado de ánimo. Cada vez aguanto menos el cinismo, la distancia. Al llegar a casa ya había agotado mi arsenal de boleros por bulerías, así que canté hasta en diez ocasiones seguidas 'Girl from the north country' sentado en mi sofá. Solo. Solo.

N. atribuye la operación estética a tu último viaje a casa: lo ha clavao. Sabes  que lleva la razón, aunque no lo reconocerás. O sí: has cambiado. No eres la que conocí. Provoqué ese viaje a la semilla, por ti y por mí. Eso sí, yo no pude financiar la operación, espero que hayas comprendido la causa. Total: ahora que tienes las tetas grandes te las toca otro. Como para no estar nostalgico, coño.

¿Te sigue pareciendo una mezquindad la forma inmisericorde (no contigo, con la falsa tú, la que quiere seguir siendo pequeña y débil, cuando eres grande y poderosa, toda una mujer) con la que te arrojé al agua? Puede que sí, pero ya ves como confiaba en ti. El chapuzón te ha sentado de escándalo. Ya te he dicho que estás más guapa que nunca. A mí también me ha sentado bien: me ha crecido la polla. Ya ves que la motivación no fue mezquina sino que venía de  otro lugar. Muy otro. Dile a tu amigo el marica que se deje de miraditas de matón. Me lo encontré en el Garbanzo Negro. Mire como mire será un capullo, el chulo del pulpo, que diría mi maestro Ortiz Nuevo de Pericón. Claro que la culpa la tiene  siempre el pulpo.


(Nota: Me dice mi editor, el que yo le tirao los tejos para que sea mi editor, pero él me ronea, que sigue con mucho interés mis aventuras por la feria ... pero que no tiene tiempo de leer mi manuscrito. El tío. Le digo que no importa, le hago un poco la pelota -quiero que me publique, hace lindos libros, y pésimos negocios: es perfecto para mí-. Eso sí, no tiene problemas para editar a autores venezolanos del siglo XIX que no los conoce ni Dios, en su colección "los más rarísimos de todo el mundo". Y aquí, ya ven, un autor joven, guapo, ¡VIVO!, comío por la curiana. Reparen en las duras condiciones en las que he de escribir este diario. Si en algún momento pierdo el compás ... ustedes disimulen).


El tiempo, que no tú, me ha dado la razón, y la razón no me importa, y se la quita a su mirada de falso matón. Dile que si quiere parecer un hombre empiece por copiarle la mirada a John Wayne en 'The Searchers'. Ahora puedes decírselo, porque tienes las tetas grandes. Que nadie te trate como a una niña. Yo fui rígido y cabezón. Hice las cosas a lo bruto, como pude. ¿Es que yo no estaba roto?. Sé que no es excusa: me faltó sentido del humor y me sobró arrebato. Ok, babe.

Tampoco miento si digo que lo aposté todo, material y emocionalmente, físico y espiritual.


De las imágenes:
En la portada de la feria con N.: perdona, querida,  que haya difuminado tu rostro tan lindo. Es para mantener el anonimato (aunque esto lo lean sólo unos amigos).

Cantando 'Girl from the north country' en mi sofá por décima vez.

Anuncio: no sé pierda la próxima entrega de este culebrón sevillano, 'Postales de feria'. Pronto la tercera entrega, que lleva el bonito título que le ha puesto su autor, 'Agua que ríe'. Próximamente aquí, en Vaivenes Flamencos. Un blog buenísimo. No se lo pierda señora.

2 comentarios:

  1. Uno de mi editor, al correo privado (es que prefiere mantener el anonimato, tiene una imagen que conservar de persona seria, atenta a la literatura con mayúsculas, no a estos culebrones tropicales) :




    ¡Y además que lo llevo al día!


    Muy buena la letra del principio... ese muchacho, Moreno Galván, promete...


    Ya falta poco para el verano.

    ResponderEliminar
  2. Añadir, por si aca, que el libro que le he propuesto a mi editor se intitula 'El verano'

    ResponderEliminar