por Juan Vergillos

PREMIO NACIONAL DE FLAMENCOLOGÍA

Ha publicado novelas, ensayos, libros divulgativos, relatos, poemas y letras de canciones. Ha escrito y dirigido espectáculos de danza y de cante flamenco. Ha dirigido festivales de flamenco y otras artes escénicas. Ha ofrecido conferencias, talleres y espectáculos en teatros, festivales, colegios y universidades de Europa y América. Colabora habitualmente en la prensa generalista y especializada. Dirige el blog Vaivenes Flamencos.







miércoles, 14 de abril de 2010

Un amor provisional

Una canción de un nuevo espectáculo en el que estoy trabajando. Es un poema de Franz, escrito después de un encuentro fortuito con Milena en Viena:



Un amor provisional

Hoy te he vuelto a ver
Ya no eres la misma.
El amor eterno
Duró unos meses.

Ya no eres la mujer del este
A la que amé.
Hay una barrera de hielo
Entre los dos.

Si pudiera saltar esta muralla
Si pudiera decirle a la que está fuera
Que ya no eres más
La que está en mi corazón.

El amor eterno
Duró unos años.
Otro duerme a tu lado
A veces,
Aunque es mi nombre
El que reza en tu buzón de correos.

Me dices que es
Un amor provisional.
Igual que la vida.
Provisional.

Me dices que es un amor
De paso,
No como el nuestro
Que era un amor eterno
Que duró unos meses,
Unos años.

Si pudiera saltar esta muralla
Y decirte que aún te amo,
Que es cierto
Y es mentira.
Que no vas a leer esta carta,
Que no voy a saltar esa muralla.

Una vez amé
A una mujer del este.
Sus manos eran de hielo
Pero su corazón es fuego
¿quién podrá llegar a su corazón?
Si algún día lo logras
Recuerda lo que yo hice por ti.
O, mejor, no me recuerdes.

No me recuerdes que le ofrecí
La luna
Y me contestó encogiendo los hombros.
Claro que lo entiendo,
Ella también se tiene que defender
De enemigos imaginarios.

Yo entiendo de eso,
De enemigos imaginarios.
Su padre tiene
Los dientes sucios.
Pero es su padre.
Lo encontró después de muchos años
Siendo una huérfana.

Su padre es
un buen hombre.
Un poco cobarde,
pero ¿quién no lo es
al menos en una ocasión
a lo largo del día?

¿Quién quiere la luna
teniendo el firmamento? 

Una vez amé a una mujer del este
Con las manos frías como témpanos
Y el corazón ardiente.
Si alguien lograra,
Alguna vez,
Llegar hasta su corazón,
Recuérdale lo cerca que estuve
De la cumbre.
O mejor no se lo recuerdes.

Veo ese fuego tan cerca,
A un paso de mí
Tanta pasión contenida.
Y pensar que no puedo hacer nada
Por desatarla.

Una vez amé a una mujer del este
Pero ya no soy nada para ella.
Tan sólo el productor de viento,
El narrador de historias.
El contador de nubes.

Y yo quisiera ser
El que comparte su cama
Aunque fuera provisionalmente.

Todo ese dolor del este
Detrás de sus ojos.
En nuestra entrevista
Se velaron dos veces.

En dos ocasiones estuve a punto de llorar
Recordando lo que fue.
Lo que no llegó a ser.

Los hijos que no tuvimos
Las historias que no le escribí.
Las hipotecas que no pagamos.
Los triunfos que no tuvimos.
Los fracasos que no compartimos,
Los consuelos mutuos que no nos dimos.

Los paisajes que no vimos:
El Círculo Polar Ártico en sus manos,
El Chaitén en su corazón.

No puedes imaginar
lo fuerte que sopla el viento en los árboles
en las lejanas tierras del este.

7 comentarios:

  1. compañero,
    ni nostalgia ni pereza
    nos privarán -paroxistas como somos aun de lo perentorio- de acometer nuevas provisionalidades.
    Fdo.
    Mañanamemúo Mellevounchisme

    ResponderEliminar
  2. Has saltado la muralla, no lo dudes.
    Una vez las cenizas del Chaiten llenaron todos los rincones de la nissan vanette en la que viajabamos, de gira austral.
    Ya no existen el Chaiten ni esa nissan vanette, ni los amores q te hacen cruzar el charco en la barca de la posibilidad.
    A pasado más de un año, si, pero el polvo de volcán no ha encontrado a nadie dispuesto a rebozarse en la dicha de saber q solo le pertenecemos al tiempo....confiado descansa.

    ResponderEliminar
  3. Mi amigo Antonio Molina me escribió esto a mi dirección personal. Con su permiso, quiero compartirlo. Gracias amigo. Muchas gracias por tu apoyo, ahora y siempre. Eres mu grande:


    El amor y el desamor, dos caras de la misma moneda, aceptación y rechazo, uno no existe, si el otro no está. La energía y las ganas de vivir que nos da el amor y el desamor ¿son la misma energía?. La realidad está más allá de la dualidad.

    Lo importante es que seguimos en el camino. ¿Qué camino? El de ser felices y el de compartir el amor con el otro.

    Antonio.

    ResponderEliminar
  4. Gracias amigo Curro, que bien lo pasamos el sábado ... en Santander

    ResponderEliminar
  5. Gracias Olivier, un abrazo desde Triana

    ResponderEliminar