por Juan Vergillos

PREMIO NACIONAL DE FLAMENCOLOGÍA

Ha publicado novelas, ensayos, libros divulgativos, relatos, poemas y letras de canciones. Ha escrito y dirigido espectáculos de danza y de cante flamenco. Ha dirigido festivales de flamenco y otras artes escénicas. Ha ofrecido conferencias, talleres y espectáculos en teatros, festivales, colegios y universidades de Europa y América. Colabora habitualmente en la prensa generalista y especializada. Dirige el blog Vaivenes Flamencos.







domingo, 24 de febrero de 2013

Los reyes del exceso


Cante: El Pele. Baile: Pastora Galván. Guitarra: José Luis Montón. Con Miguel Ortega y el Londro (cante), Ramón Amador y Patrocionio hijo (guitarra), Ara Malikian (violín), José Moreno e Israel (palmas). Lugar: Teatro de la Maestranza, Sevilla. Fecha: Sábado, 23 de febrero. Aforo: Casi lleno.

Pastora Galván estuvo pasada de revoluciones, parodiando a la excesiva Carmen Amaya, también diciendo el taranto. Por cantar, hasta cantó el guitarrista, Ramón Amador, por tangos. También en las alegrías estuvo frenética, excesiva. Sublime. Gustando y gustándose, derramada por la escena toda, en el frenesí o en el silencio. El Pele, completamente restablecido, emocionó en la intimidad casi susurrada de la soleá trianera. Él hace, si quiere, las melodías clásicas. Pero las trae a su terreno, las hace suyas. Con el Pele puede ocurrir cualquier cosa, esa es su gracia, su grandeza. Cuando aparece, se adueña del escenario. Es un gran histrión. Y manda cuando el grupo al completo sube de nuevo a las tablas, en el fin de fiesta en el que le canta a Pastora por zambra caracolera, emulando a otros dos reyes del exceso, Caracol-Flores, o en el fin de fiesta. 


José Luis Montón se trajo a un violinista brillante para proponer sus temas en formato de dúo. El brillo excesivo de Malikian le restó vistosidad al tocaor catalán. No sólo su guitarra se escuchaba a un volumen mucho menor sino que la capacidad escénica del violinista acaparaba la atención del espectador. Me pregunto por qué no puso en escena su último disco, 'Solo guitarra', que se ajusta rigurosamente a su título.

1 comentario:

  1. Me gustan siempre tus comentarios Juan, y los leo siempre como quien se alimenta de una buena comida, por lo bien que sabes aderezar de palabras, los platos de tu discursos.
    Ara Maliquian es un artista tan enorme que es muy difícil no ser absorbido mientras él está tocando, cuando se actúa a su lado. En cambio bailar al aire de su violín será como un ondear de ropa recién lavada, tendida sobre sus cuerdas, al sol de la radiante mañana. Sentirse paloma por el aire, volando entre las flores de los almendros, que de sus brazos brotan, sobre las fecundas yemas de sus dedos.
    Del pele dije una vez, que es la llaga lacerante del quejio hecho cante. Pastora como tú dices, incontenible, por que es un manantial de arte. Todos los demás basta con leerte par imaginártelos y verlos.
    Gracias Juan por tus cronicas

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