Guitarra: Manolo Franco. Cante: Laura Vital, Rocio Márquez y Niño de Elche. Lugar: Sala Joaquín Turina, Sevilla. Fecha: Lunes, 14 de mayo. Aforo: Media entrada.
Dice Lorca que la guitarra occidentaliza, en el sentido, negativo a sus ojos, de domesticación y homogeneización, el flamenco. Era uno de esos esencialistas recalcitrantes que no tenían empacho en negar a lo jondo lo que practicaba en lo suyo: no creo que las tradiciones occidentales que él experimentaba, desde el gongorismo al surrealismo, fueran en menoscabo de su arte. Por las mismas fechas el Niño de Marchena y la Niña de la Puebla ensayan la primera polifonía vocal jonda que prefiguraban los dúos del Mochuelo y La Rubia a finales del siglo XIX y que sólo ha practicado en nuestro tiempo el maestro Morente. Malagueñas y tonás son los momentos más brillantes de este espectáculo que ha ganado con algunas supresiones. El acto declamativo-teórico-social titulado 'Poema', pese a las supresiones señaladas, sigue siendo la parte de la obra que no funciona. La brillantez de tonás y malagueñas viene por la polifonía que despreciaba Lorca en la guitarra, arabizante él y ciego a otras influencias, mediterráneas y atlánticas, de lo jondo.
Y por la calidad excepcional de estas tres voces claras, pulcras, con enorme proyección, tan características como complementarias, que se abren a la colaboración y se tienden la mano entre sí y hacia una guitarra excepcional: no podemos permitirnos el lujo de perder guitarristas de concierto de semejante tamaño.
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