por Juan Vergillos

PREMIO NACIONAL DE FLAMENCOLOGÍA

Ha publicado novelas, ensayos, libros divulgativos, relatos, poemas y letras de canciones. Ha escrito y dirigido espectáculos de danza y de cante flamenco. Ha dirigido festivales de flamenco y otras artes escénicas. Ha ofrecido conferencias, talleres y espectáculos en teatros, festivales, colegios y universidades de Europa y América. Colabora habitualmente en la prensa generalista y especializada. Dirige el blog Vaivenes Flamencos.







jueves, 10 de octubre de 2013

Un maestro con sello propio

I Muestra de Flamenco. Baile: José Galván, Pastora Galván (artista invitada). Cante: Miguel Ortega, El Londro, Cristina Soler, Juan Toro. Guitarra: Ramón Amador, Pau Marzal, Daniel Fernández y Francis Gómez. Cuerpo de baile: Gabriel Aragú, Javiera la Morena, Zacarías, Malena Alba, José A. Galván, Yumi Yamada, Yacín Morena y Nicté Mendoza. Lugar: Teatro Central, Sevilla. Fecha: Miércoles, 9 de octubre. Aforo: Lleno.

La propuesta es entrañable porque el hombre que ahora baila sobre las tablas del Central es el maestro de un tercio de los bailores profesionales de Sevilla, muchos de ellos primeras figuras. Y ahí sigue, en la brecha de la enseñanza. Llevando su mensaje flamenco, en los últimos años, a medio mundo: sólo hay que ver las nacionalidades del cuerpo de baile, que es una representación de los alumnos de su escuela: mexicanos, chilenos, japoneses, etc. 



La propuesta es sencilla, amable, y en ella cabe todo el devenir profesional de José Galván. El título hace referencia a un mítico local sevillano en el que tuvo noches de gloria, de lo que da fe, en proyecciones, la fotografía en blanco y negro. José Galván es también presente de la danza flamenca como demuestran sus bailes en solitario: soleá y alegrías. El baile de Galván se presenta transparente y sin aristas. Lo que hay, sin espacio para la ironía o el retruécano, ni tampoco guiños a otro tiempo, sea pasado o futuro. Sus alegrías son puro presente, felicidad del instante. 



Y ese centrado prodigioso que es la marca de la casa. Un maestro que ha dejado esta marca en todos sus alumnos, de los cuales nos ofreció esta propuesta también una pequeña selección: así es la academia Galván, por seguiriyas, por jaleos, por guajiras. Y Pastora, ese prodigio. Los tangos fueron frenéticos y guasones, con espacio al humor, ahora sí, con guiños cómplices a Triana pura y dura, al tango como sexo explícito. Y las alegrías con bata de cola, frenéticas también, aunque no tan furibundas como los tangos.

La imagen de Pastora Galván es de Paco Sánchez.

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