El profesor e investigador José Luis Navarro García
presenta una completa biografía sobre el vallisoletano Vicente Escudero, acaso
el más influyente de los bailaores del siglo XX. ‘Vicente Escudero, un bailaor cubista’
es un recorrido por la vida de Vicente Escudero Uribe (Valladolid,
1888-Barcelona 1980), acaso el más influyente, y polémico, de los bailaores
flamencos del siglo XX. Hijo de zapatero, Escudero es aficionado desde niño,
según confiesa, a andar con los gitanos de su tierra y aprender de sus bailes y
cantes. Su afición por el baile lo lleva a dedicarse profesionalmente al mismo
en ferias y fiestas de su comarca, en las que hace un número llamado El Tren donde imita la entrada y
salida de un tren de la estación a través de su zapateado. En 1905 decide
aprender el baile flamenco y para ello entra a formar parte del elenco del Café
Cantante La Marina del que es despedido por no conocer el compás flamenco,
según propias declaraciones reproducidas por Navarro García. Sigue el autor el
periplo de Escudero por Santander y luego en Bilbao, donde conoce, en el Café
de las Columnas, a Antonio el de Bilbao, quien lo introduce en los secretos del
compás flamenco.
Animado por su maestro viaja a Linares a conocer al Jorobao de Linares, del que
aprende también su técnica. Se reintegra en el circuito de los cafés cantantes
madrileños, el cual alterna con actuaciones en los cinematógrafos, en los
entreactos y fines de fiesta donde baila la farruca y unos tangos cómicos.
Luego pasa a Portugal y a París (en realidad, se marchó de España para evitar
el servicio militar), donde actúa en cabarets y salas de fiesta. De hecho, es
contratado por un local a los pies de la torre Eiffel, donde baila el tango
porteño. Hasta que en 1920 gana, ejecutando un pasodoble a dúo, un Concurso
Internacional de Danza organizado por el Teatro de la Comedia, que le permite
instalarse definitivamente en París y le abre las puertas del Teatro Olimpia,
la Sala Gaveau y en 1924 las del Teatro Fortuny. Su éxito lo lleva a llevar
allí a sus padres desde España, aunque no a su mujer y a sus hijos, a abrir una
academia y ampliar su repertorio, aprendiendo los bailes boleros y folclóricos
(jota, panaderos, sevillanas) que él hace a su manera "seca", según
sus propias palabras. También interpreta obras de Falla, Turina, Albéniz y
Granados.
En 1925 participa en el estreno de ‘El amor brujo’ de la compañía de Antonia Mercé ‘La Argentina’ en el que hace el papel de Carmelo. En 1935 lo estrenaría con su propia compañía en el Radio City Music Hall de Nueva York y lo repondrá en dos ocasiones más. Algunos números a dos pasarán a formar parte de su repertorio habitual. Su estancia parisina le hace entrar en contacto con las vanguardias pictóricas y literarias y comienza a pintar y a vivir la vida bohemia. En ‘Mi baile’ se declara fascinado e influido por el surrealismo, el cubismo y el dadaísmo. Se instala en Montmartre y abandona en cierta forma los circuitos de danza. Alquila un pequeño local, al que bautiza como ‘La Curva’, en donde experimenta con su baile. De esta época data su famosa actuación en la Sala Pleyel, donde bailó al ritmo de dos dinamos eléctricas. De 1929 data su regreso triunfal’ a los escenarios españoles (en realidad, apenas era conocido en nuestro país) con el estreno en el Cine Avenida de Madrid de ‘Bailes flamencos de vanguardia’, con enorme polémica y éxito. Polémica causada por sus propias declaraciones en prensa en donde afirmaba que en España nadie sabía bailar flamenco, aunque a Manuel Chaves Nogales le confesó su pánico a no tener éxito en nuestro país, después de haber recorrido el mundo entero, desde París, con sus bailes. En 1931 participa en el homenaje organizado con motivo de la muerte de Anna Pávlova en Londres y en este mismo año hace su primera gira por América.
Debuta en Nueva York en 1932 con gran éxito de crítica. El repertorio de este
estreno incluye solos y dúos con Carmita García, a la que había conocido en
París y con la que baila el paso a dos de ‘El amor brujo, la ‘Danza
del miedo’ y unas alegrías a las que llama ‘La sonanta’. Incluye la Danza
del molinero’ de ‘El sombrero
de tres picos’, ‘Ritmos’
sin música, una jota, etc.
En 1939 presenta en el Teatro Falla de Cádiz el baile por seguiriyas, y al año siguiente en el Español de Madrid y en el Palau de Barcelona. Publica el libro ‘Mi baile’ (1947) y al año siguiente expone en la galería Clan de Madrid sus ‘Dibujos automáticos’. Inicia de esta manera una carrera paralela de escritor, pintor y conferenciante. Al mismo tiempo sigue su carrera internacional con el mismo éxito que en los años 20 y 30. Graba algunos discos como cantaor. En 1951 presenta en el local bohemio barcelonés El Trascacho su ‘Decálogo del baile flamenco’. En los 50 y 60 se suceden los homenajes, como el que se le dio en Córdoba en el Concurso de 1966. En 1961 muere Carmita García y desde 1965 vive y baila con María Márquez. 1969 es el año de su retirada definitiva. Muere en Barcelona a los 91 años. Antonio Gades, del que fue "maestro de brazos", Javier Barón, Galván o Marín, entre otros, se reconocen como discípulos suyos.
En 1939 presenta en el Teatro Falla de Cádiz el baile por seguiriyas, y al año siguiente en el Español de Madrid y en el Palau de Barcelona. Publica el libro ‘Mi baile’ (1947) y al año siguiente expone en la galería Clan de Madrid sus ‘Dibujos automáticos’. Inicia de esta manera una carrera paralela de escritor, pintor y conferenciante. Al mismo tiempo sigue su carrera internacional con el mismo éxito que en los años 20 y 30. Graba algunos discos como cantaor. En 1951 presenta en el local bohemio barcelonés El Trascacho su ‘Decálogo del baile flamenco’. En los 50 y 60 se suceden los homenajes, como el que se le dio en Córdoba en el Concurso de 1966. En 1961 muere Carmita García y desde 1965 vive y baila con María Márquez. 1969 es el año de su retirada definitiva. Muere en Barcelona a los 91 años. Antonio Gades, del que fue "maestro de brazos", Javier Barón, Galván o Marín, entre otros, se reconocen como discípulos suyos.
De toda esta peripecia vital da cuenta de José Luis Navarro García en este
libro, así como del análisis pormenorizado del baile y su personalidad, así
como su influencia en los bailaores contemporáneos, como Israel Galván o Andrés
Marín. Navarro García lo define como "heterodoxo y puritano", lo cual
no es ninguna contradicción, como sabemos, sobre todo en lo que se refiere a
las vanguardias históricas, en cuyo contexto debe ser entendido el baile de
Escudero.
La obra se presenta como una biografía al uso con abundancia de material de
archivo, singularmente de las entrevistas realizadas por el bailaor, las
críticas que suscitaron sus actuaciones y sus propios escritos, entre los que
destaca el autobiográfico ‘Mi baile’,
que ya hemos citado varias veces. El libro de 296 páginas, ha sido publicada por la editorial Libros con Duende,
especializada en la edición digital de obras de temas flamencos.
Muy interesante, Juan. Curiosamente hace pocos días estuve buscándolo en youtube, porque no lo había visto nunca,y viéndole me acordé de Israel Galván (que es otro que tal baila!)
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Ekhi, ¿cómo estás? Pues creo que en Iternet apenas hay nada de él, pero sí, tiene mucho que ver con Israel y con Andrés Marín, o mejor dicho, ellos tienen que ver con él, Un abrazo fuerte
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