'Ha llegao la mañana. Antología poética' Juan Manuel Flores Talavera. Prólogo y selección de Marianna Maierù. Sevilla, Ediciones en Huida, 178 pp.
La editorial sevillana Ediciones en Huida publica una antología de la poesía de Juan Manuel Flores Talavera, cuyos versos protagonizan los tres primeros discos de Lole y Manuel
Es parte de nuestra vida. Nos acompaña desde la
infancia, desde la adolescencia, la juventud. Sus versos fueron carne caliente
en la voz de Lole Montoya, en la guitarra de Manuel Molina, en el más mítico
dúo flamenco de la historia. Juan Manuel Flores (Alcalá de Guadaíra, Sevilla,
1943-Sevilla, 1996) escribió los tres primeros discos de Lole y Manuel: los más
sorprendentes, renovadores, fundamentales. Fue una explosión de alegría y animismo
en el flamenco de los setenta. Cuando Gerena, Menese o Morente cantaban por la
libertad, encontramos estos versos que ya nacían libres porque cantaban al
pájaro, a la mañana, al sol, a la mariposa, a la luna, al hombre, al
entendimiento entre humanos, a tu mirada. Al río, al aire, a la montaña, a la luz. Para
el cuarto disco de la pareja, Lole y Manuel acuden a otros versos, a otros poetas
populares, como Pedro Ribera, y más adelante, en
‘Casta’, al mismo Manuel Molina y al propio Juan Ramón Jiménez, cuya poesía más social es el germen de
la obra de Ribera, Molina y también de Flores. No obstante, la pareja incluye
siempre, al menos, un poema de Flores en sus nuevos discos. Incluso en los que
hacen en solitario, una vez fallecido el poeta.
Primer disco de la pareja, 1975. |
En la poesía de Flores, como en la leyenda de los
Nibelungos o en el cuento tradicional ‘La serpiente blanca’, los amantes
conocen el lenguaje de los pájaros. En la poesía de Flores el amor es la
serpiente blanca, es la kundalini, es el satori. Hablo de un amor universal que
va más allá, y más acá, de la relación de pareja: amor a lo humano y también a
los animales, porque los animales son, asimismo, personas, buenas personas: la
mariposilla, el gorrión. Pero también las nubes, el árbol, el río, el agua, el
cielo. La poesía de Flores es canto al hombre y la mujer y a los hombres. Canto
de fraternidad y canto a toda la creación. Canta el agua, cantan las cosas. En
el fondo de la poesía de Flores late una profunda unión con la naturaleza,
incluyendo la naturaleza de los hombres y las mujeres, de resonancias
orientales. Por ello, su obra caló en tanta gente, en tantas personas ajenos a
lo jondo, en toda España. Porque los años de la transición fueron también los
de la reconciliación, del amor al hermano y a las cosas. Porque las cosas, en
la poesía de Juan Manuel Flores, son también personas y las personas, cosas, en
el mejor sentido de la palabra: en la profunda unión espiritual del todo. En
Flores, como en las mejores tradiciones iniciáticas, lo espiritual es
profundamente carnal, físico, emocional.
'Pasaje del Agua', 1976, segundo disco del dúo, portada de Máximo Moreno. |
Los tres primeros discos de Lole y Manuel, con la
voz de Lole Montoya, las letras de Juan Manuel Flores, la música y los arreglos
de Manuel Molina y la producción del visionario Ricardo Pachón, asombraron al
mundo del flamenco. Renovaron su lírica y su estética. Dieron un impulso de
frescor y naturalidad al anquilosado mundo del flamenco de su tiempo. Nada fue
igual desde entonces en la poesía jonda. En la lírica de Flores no cabe la
tragedia y el drama tiene sus pasos bien contados. La primera entrega discográfica
del cuarteto, ‘Nuevo día’ fue, quizá, el primer best seller del flamenco, ya
que temas como ‘Un cuento para mi niño’ o ‘Todo es de color’, además del que
dio nombre al disco, forman parte de la memoria sentimental de todos los
españoles. Los productores de la exitosa
serie de televisión ‘Cuéntame’ incluyeron el tema ‘Romero verde’, del tercer
disco, homónimo, del dúo Lole y Manuel, en la banda sonora de la misma. No
fueron exactamente los primeros en utilizar la guitarra, la batería, el bajo y
los teclados en el flamenco, ya que Sabicas hizo su ‘Rock encounter’ con Joe
Beck en 1970.
Pero sí los que lo hicieron con más naturalidad. Lole y Manuel,
sin dejar de ser profundamente flamencos, en sus voces, en su instrumentación,
en sus letras, fueron también parte de ese movimiento espiritual que se llamó
rock andaluz y, yendo un poco más lejos, del movimiento hippy hispano de la
época, de las nuevas tendencias, musicales y sociológicas, que sacudían,
mediados los setenta, España. Por ello conectaron tan bien con esa generación,
a la que pertenecían Lole, Manuel, Juan Manuel y Ricardo, que estaba ansiosa de
mensajes de paz, amor, libertad, y a la que el legado más trágico de lo jondo le
resultaba una difícil digestión. Una generación espiritual, bohemia y
libertaria.
Tangos árabes incluidos en 'Pasaje del agua'. |
Todo ello quiere decir que la música de Lole y Manuel y la poesía
de Juan Manuel Flores, amén de naturalista, ecologista, pacifista y animista,
era profundamente política. De hecho, no hay naturalismo, ecologismo, pacifismo
y animismo que no sean políticos, en el sentido más amplio y original del
término. ‘Nuevo día’ es una bulería y una declaración de principios: publicado
en 1975, significaba, nada menos, que el pueblo español no se conformaría con
una brizna menos de la libertad que se había ganado a pulso. El futuro,
efectivamente, era de color.
En la voz de Lole y Manuel, y de Remedios Amaya,
para la que escribió su primer disco, Flores ha llegado verdaderamente a ser un
poeta popular, reconocible. Flores es parte del paisaje sevillano y flamenco,
incluso para cientos de personas que no conocen su nombre. Ha logrado, pues, el
propósito de Manuel Machaco de ser un poeta del pueblo. Flores es un poeta
popular de calidad. Sutil, no hace ninguna concesión a la galería populista pero
su léxico y su mensaje es directo, cualquier ser humano, en cualquier época y
lugar, puede identificarse con él, porque cualquier ser humano anhela la consumación
de la paz, la libertad, el amor que su verso derrama a raudales.
Esta obra nace del empeño de una genovesa asentada
en Sevilla, Marianna Maierù, que firma el prólogo y la selección de esta
antología. El origen del libro es la tesina que Maierù leyó este año en la
Universitá Di Genova. Maierù desentrañó en su trabajo, del que este prólogo es
un resumen, la peripecia vital y literaria de este poeta vocacional. Una
aventura por un intrincado laberinto de discos, familiares, papeles, calles,
bares, amigos y noches. Toda la obra de Flores estaba prácticamente inédita, hasta
hoy. Una madeja que la investigadora italiana destejió hasta llegar al origen
de la lírica de Flores. Maierù, bailaora y filóloga, encontró en la poesía de
este vecino del Tardón un estímulo vital y la populosa familia de los Flores la
acogió como una más del clan.
Hay un disco de Lole y Manuel grabado en directo en
el Teatro Monumental de Madrid, en 1995, titulado ‘Una voz y una guitarra’. En
él podemos escuchar la voz íntima, reticente, rota y febril, pero serena, de un
poeta llamado Juan Manuel Flores. Dice Flores que “cuando yo me muera, Giralda,
vendré a acariciar tu cuerpo vestido de primavera”. Murió en 1996. Poco más se
puede añadir, puesto que, como vemos, el mismo poeta escribió su epitafio: el
poeta es hoy lo que seremos todos. Es sus hijos, entre los que se encuentra el
joven poeta Juan Manuel Flores. Y es el musgo y el polen que nace en la
primavera en torno a la torre de Sevilla. Él lo sabía, que era parte de todo y
que el ‘Todo es de color’.
Magnifico poeta, bohemio y alejado de los intereses comerciales. Gente como él hacen este mundo un poco más llevadero. Magnifica entrada y muy documentada. Gracias por estas cosas, amigo.
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