'Un mundo raro'. Voz: Martirio. Guitarra: Raúl Rodríguez. Lugar: Sala
Joaquín Turina, Sevilla. Fecha: Sábado, 16 de noviembre. Aforo: Lleno.
Martirio sigue siendo la diva de las gafas negras.
El personaje que inventó Maribel Quiñones hace 30 años ha evolucionado por la
vía del intimismo, de la desnudez: el sábado se presentó en Sevilla con el sólo
acompañamiento escénico de la guitarra de Raúl Rodríguez. Bueno y, ya está
dicho, con la peineta y las gafas de sol. El personaje ha perdido en
histrionismo lo que ha ganado en profundidad y es hermoso que su último
repertorio se configure sobre sentimientos como la plenitud amorosa (‘La noche
de mi amor’) y vital (‘Las simples cosas’), lo que es lo mismo. La excusa es,
nada menos, una evocación-homenaje-recuerdo-declaración de amor a la que se
fue para estar siempre, Chavela Vargas. Aunque el cancionero popular
sudamericano del siglo XX es el repertorio de Martirio de los últimos 25 años.
De hecho ‘Quisiera amarte menos’ y ‘Las simples cosas’ estaban incluidas en ‘Flor
de piel’ (1999).
El arte de Martirio es un almíbar que no empacha.
Hay artificio en su voz, en su falsete maravilloso, en su puesta en escena como
personaje: recuerden aquello de Pessoa del poeta fingidor. La verdad de
Martirio, más allá de la intuición que supuso crear, y del esfuerzo que supone
mantener, un personaje que forma parte de nuestra memoria sentimental; más allá
de su técnica vocal, es que en cada centímetro cuadrado de cada canción hay
entrega pura, arrojo a la melodía, a la emoción que suscitan las palabras. Como
andaluza sin complejos, esta cantante, este personaje, se trae al terreno de lo
jondo, en el sentido más pulcro y original del término, éste repertorio que le
duele, que le alegra: seguiriyas, soleares, granaínas y bulerías sonaron el sábado en Sevilla.
Martirio se entrega a la plenitud y a también a la soledad de ‘Sombras’, a las
lágrimas necesarias. Ni una más. Pero sí las necesarias. Pero no se olvida del
humor y de la cómplice ironía que en su nuevo repertorio se introduce en forma
de interludios verbales o presentaciones de los temas. Canta y cuenta. Martirio
quita hierro pero sabe que hay que morir. Al menos dos veces al día.
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