53º Festival Internacional de Las Minas. 'Un viaje por el cante'. Cante: Argentina. Guitarra: Eugenio Iglesias, José Quevedo 'Bolita'. Palmas y baile: Torombo. Palmas y coros: Los Mellis. Percusión: José Carrasco. Lugar: Antiguo Mercado de La Unión (Murcia, España). Fecha: Lunes, 5 de agosto. Aforo: Lleno.
La comunicación con el público es total. Es enorme la energía que despliega la cantaora. No son sólo unas condiciones físicas extraordinarias. Una voz oscura, templada, ocre, de raro y hermoso timbre. Y también poderosa, de amplio registro, con esos graves tan característicos, de virtuoso fraseo interminable. Es el conocimiento de los estilos: tan sólo en los cantes levantinos hubo alguna duda porque la emoción que éstos invocan está, hoy por hoy, en la antípoda estética de la intérprete. Esos detalles, esos matices casi invisibles pero fundamentales al evocar el miedo al derrumbe minero, están muy lejos de la pura energía, la pura alegría que la cantaora derrama hoy en sus recitales.
La comunicación con el público es total. Es enorme la energía que despliega la cantaora. No son sólo unas condiciones físicas extraordinarias. Una voz oscura, templada, ocre, de raro y hermoso timbre. Y también poderosa, de amplio registro, con esos graves tan característicos, de virtuoso fraseo interminable. Es el conocimiento de los estilos: tan sólo en los cantes levantinos hubo alguna duda porque la emoción que éstos invocan está, hoy por hoy, en la antípoda estética de la intérprete. Esos detalles, esos matices casi invisibles pero fundamentales al evocar el miedo al derrumbe minero, están muy lejos de la pura energía, la pura alegría que la cantaora derrama hoy en sus recitales.
Por eso brilla en las cantiñas, en la larga serie por bulerías, con fandangos y cuplés varios incluidos. Es la solemnidad sentenciosa de la soleá del Zurraque. Es también la pura energía de la rabia en la seguiriya, acaso el momento cumbre de la noche, en el cante atribuido a Juanichi el Manijero. Y por supuesto los fandangos de Huelva: la cantaora terminó su recital haciendo un recorrido por la geografía y la historia onubense con escalas tan destacadas como Rebollo o Paco Isidro.
Eugenio Iglesias desde la serenidad y José Quevedo desde la fantasía trenzaron un acompañamiento virtuoso esencialmente rítmico, que se ve potenciado por los fenomenales palmeros/jaleadores y el percusionista del grupo de Argentina.
Las fotos de este artículo, como las de todos los referidos al Festival de las Minas, son de Rafa, cortesía de la Fundación del Cante de las Minas.
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